Editorial | El fallo de seguridad en La Lastra

Para los ladrones no hay nombres ni apellidos, pero sí días marcados en rojo en el calendario. Y el verano es la temporada alta para quienes se dedican a robar en viviendas, puesto que la mayor parte de estos delitos se cometen cuando el inquilino y sus vecinos están fuera. Es lo que ha pasado en León capital durante días, de forma silenciosa. Pero finalmente la alarma y el sentimiento de desprotección que despiertan los robos dentro del hogar acaban estallando en los vecindarios. La Lastra, el último gran barrio desarrollado en León, ha sido objeto de una sucesión de robos que se han reproducido también en otros puntos de la capital leonesa. Los ciudadanos ya deberían saber cómo tienen que dejar las persianas y lo que no deben publicar en redes sociales cuando se van de vacaciones. Pero la responsabilidad de una ola de robos en viviendas no se puede atribuir a sus propietarios. Algo ha fallado.