Diario de León

El tren AVE que soñó el PP inicia el relevo del Alvia en la estación de León

El día 21 se anuncia la entrada comercial del S-106 en la capital leonesa; llega la era del Avril, el tren que contrató De la Serna en 2016

Editorial: Una nueva era para la alta velocidad

Una rama del S-106, como el que estrenará el servicio comercial el próximo martes en León. EFE

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L. Urdiales
León

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Hay cambio de tercio en la estación de León; otra era. El martes, 21 de mayo llega el primer servicio comercial del Avril, que trabajará con la funda del S-106 en el primer cometido en la vía de la alta velocidad de León; el primer AVE en cruzar la estación pasante de León para llegar a la variante y a Asturias, en el cénit de este proceso de intervención para cambiar el paso del transporte ferroviario de la rampa a los túneles. Cuatro mil millones y medio año después de que lo hiciera el 130, el Alvia, una rama de la alta velocidad cierra el ciclo.

El tren que dará de forma progresiva el relevo al Alvia en las conexiones de costa a costa, de Gijón a Alicante, de Gijón a Castellón, se hizo célebre mientras crecía la ansiedad por su aparición. Se hizo esperar tanto, que llegó a levantar ampollas políticas entre gobiernos autonómicos y gobierno central, aunque compartieran la misma fundación ideológica; tormentas políticas por la demora por cuestiones técnicas del flamante Avril, que ha empleado el Gobierno en sesiones interminables de fotos en campañas de propaganda; nadie juraría por esa insistencia en la aparición de ministros y cargos socialistas junto a la locomotora del Avril que el Avril fue un encargo del PP; que el Avril nació de una licitación que Talgo le ventiló a Alstom para crear la nueva generación de trenes de muy alta velocidad; y que la idea culminó una estrategia del gobierno de Rajoy, con Íñigo de la Serna al frente de Fomento, entonces nombre de pila del ministerio de la obra pública y la movilidad; el contrato se adjudicó en 2016; ocho años después, el Avril entra en el baile de la oferta de movilidad de la operadora pública, con tres variantes posibles, según las condiciones técnicas para la circulación o el rango comercial de las ramas; los hay de rodadura en ancho variable, que será los que circulen a través de la pasante de León desde este martes, debido a las condiciones de la vía de enlace a Asturias, que no encaja en el molde del ancho internacional; y asignados al servicio AVE. Pronto, a medio plazo, en julio, según la última tentativa hecha pública por el Gobierno, podrá llegar el Avlo, del segmento de bajo coste, con más plazas, y la capa de ese nazareno en mate con ribetes que distinguen al servicio de viajeros low cost.

Cuando el martes, a las ocho menos veinte de la mañana, el Avril procedente de Asturias con destino Madrid empezará a dar el relevo a una época que llevó a otra dimensión el Alvia, con el 130, con los 730, que han dominado la última década de la movilidad en tren en la capital leonesa.

De aquella memoria colectiva de la marcha atrás, del fondo de saco, del corte de los trenes que iban hacia el norte, y suavizó ese primer tren futurista que anunciaba el modernismo con ese perfil aerodinámico que rompía el horizonte de antes del puente del Esla en Palanquinos.

Historias del Alvia, que comienza el repliegue en León, al dejar al menos la mitad de la vía pasante de la estación leonesa para que el 106 tome el testigo.

Lo celebran los pasajeros asturianos, que ven recortes sensible en el trayecto a Madrid, aquel que se escapaba a la agenda de trabajo y disuadía la opción del tren en favor del avión en Ranón y el Alsa, servicio supra.

Y lo celebra el pasaje en León, porque ese primer Avril que entrará en la estación de León sentido Madrid es el segundo AVE a la capital de España en la horquilla de primera hora de la mañana; por si las siete menos cuarto de la mañana es mucho madrugar con el 112, que parte a Alicante desde el andén superior de la Alta Velocidad; dos Aves en León antes de las ocho de la mañana, una oportunidad que parecía una utopía, según el desglose de frecuencias ferroviarias con que se trata a la capital leonesa.

El Avril que soñó Iñigo de la Serna llega en tres días a la capital leonesa, con la certeza de saberse la mejor herramienta posible para hacer llegar la alta velocidad ferroviaria a donde no llega la vía de la alta velocidad. De aquella adjudicación a Talgo de un concurso de suministro y mantenimiento por treinta años de quince trenes de alta velocidad por un precio de 22,5 millones de euros cada composición y de 2,49 euros de mantenimiento por kilómetro recorrido. Fue a un precio global de 786,47 millones de euros por ese primer encargo de unidades. La nueva edad del transporte ferroviario de viajeros ficha este próximo martes en León; otro día histórico en una estación tan necesitada de emociones.

El paquete

Cada composición se fijó en 22,5 millones de euros; luego, se añadieron más unidades al pedido

Rodadura desplazable

Un Avril llega a donde jamás ha llegado la alta velocidad; el primer AVE que cruza al norte de León

Una rama del S-106, como el que estrenará el servicio comercial el próximo martes en León. EFE

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