Rosa Menéndez | Presidenta del Csic
Ciencia y grandes desafíos globales
Durante el pasado año la ciencia se ha enfrentado a uno de sus mayores desafíos: hacer frente al coronavirus Sars-Cov-2, causante de la pandemia covid-19, con 80 millones de contagios en todo el mundo. Los investigadores han realizado y siguen realizando en la actualidad un esfuerzo sin precedentes para desentrañar el origen del virus, dilucidar a quién afecta y cómo actúa, y obtener tratamientos. Ha sido considerado, por su dimensión y ambición, como el mayor reto científico de la historia.
Se ha trabajado de forma coordinada, combinando disciplinas, cruzando datos y compartiendo resultados. Esta nueva forma de trabajar, impulsada por la necesidad de respuestas que la situación demandaba y los grandes avances obtenidos en tiempo record, ha supuesto un gran impulso al concepto de ciencia abierta y al desarrollo del conocimiento transdisciplinar y transectorial como claves para el progreso.
En el Consejo Superior de Investigaciones científicas, el CSIC, hemos apostado por el desarrollo de iniciativas que encaminen nuestros avances científicos hacia grandes desafíos globales alineados con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU. Desde hace algo más de dos años, gracias al carácter multidisciplinar del CSIC, se han puesto en marcha más de treinta plataformas temáticas interdisciplinares que acometen distintos desafíos sociales con unos objetivos científicos claros y definidos, tanto en su contenido como en el tiempo de ejecución.
Ahora necesitamos analizar los fundamentos y definir nuestro modelo de sociedad después de todo lo aprendido con la covid-19
Los cinco centros del CSIC ubicados en la comunidad autónoma de Castilla-León, tres de ellos mixtos con las universidades de León, Valladolid y Salamanca, juegan un papel importante y participan activamente en seis de estas plataformas interdisciplinares. La plataforma Alcinder busca alternativas científicas para combatir el despoblamiento rural; Abass se centra en agroecosistemas biodiversos para una alimentación saludable y sostenible; Soilbio enfoca su investigación a estudios del suelo como un sistema biológico productivo para una agricultura sostenible; Agrofor dirige su actividad hacia la optimización de los sistemas agrarios y forestales; Picap es la plataforma de investigación en cáncer y la más reciente, Salud Global.
La plataforma de Salud Global, lanzada el pasado mes de marzo, agrupa equipos de diversas disciplinas con el objetivo de buscar soluciones a la covid-19. En esta plataforma participan trescientos grupos de investigación, a través de más de cien proyectos, y contempla la necesidad de averiguar las claves de la enfermedad, diseñar métodos de detección y obtener tratamientos y vacunas, conocer la transmisión y la propagación, además de evaluar el impacto del coronavirus en la economía y en la sociedad.
Si algo ha quedado claro durante estos últimos meses, es que el CSIC, como organismo público de investigación, tiene el conocimiento y la capacidad para dar respuesta a las necesidades que nuestra sociedad plantea. Trabajamos en tres proyectos de vacunas diferentes, una de ellas comenzará las pruebas clínicas próximamente. Se ha desarrollado una plataforma de antivirales que también está produciendo resultados prometedores. Un protocolo de detección de Sars-Cov-2 en aguas residuales como método de detección temprana; así como un test de anticuerpos más efectivo y mascarillas FFP2 con viricida incorporado, ambos ya en el mercado, por poner algunos ejemplos.
Nuestro objetivo ahora es que esta forma de hacer ciencia siente las bases no solo para adelantarnos a otros desafíos que puedan venir, nuevas enfermedades infecciosas, resistencia a antibióticos o emergencias causadas por el cambio global, si no que nos sirva además de modelo para contribuir a los nuevos retos que nos plantea la recuperación económica del país: las tecnologías clave en la transición energética, el desarrollo de nuevos materiales compatibles con una economía circular o la mejora de la calidad de vida en el envejecimiento.
Por otra parte, no olvidemos que tan importante como el progreso tecnológico logrado gracias a la ciencia es su consideración ética. Y que la sociedad, a través de la educación, la divulgación y los medios de comunicación, valore la importancia de contar con un conocimiento experto cuya prioridad no sea solamente el beneficio económico si no el impacto social y la mejora de la calidad de vida de las personas. En este contexto el CSIC juega un papel fundamental en esta generación de conocimiento con impacto social. Necesitamos comprender el efecto que la pandemia está teniendo y va a tener en la sociedad, en nuestros mayores y en nuestros jóvenes, en nuestras estructuras y relaciones sociales. Ahora necesitamos analizar los fundamentos y definir nuestro modelo de sociedad después de todo lo aprendido con la covid-19.
El año 2020 quedará en nuestro recuerdo como un punto de inflexión que sin duda ha mostrado que la ciencia es la llave para la reconstrucción económica y social. En España, debemos aprovechar este momento: la ciencia —la investigación, el desarrollo y la innovación— ha de reforzarse para erigirse en la herramienta que lleve al país a un nuevo modelo productivo y social, basado en un conocimiento tecnológico, pero también humano.
