La Catedral de León no está deshabitada

La puerta de la Catedral de León está cerrada, pero hay alguien al otro lado. Son los dos vigilantes del primer monumento de la ciudad. El templo gótico cuenta además con la última tecnología en videovigilancia y sistemas contraincendios. Cerrada, sí; pero acorazada, también.

La cuarentena ha trastocado casi todo en la Catedral leonesa —incluidos los trabajos de restauración, a pesar de que pudieron concluir la colocación del rosetón de la fachada principal—, pero la seguridad no se ha rebajado por la ausencia de visitantes y el confinamiento. Lo que sí se ha suspendido es la limpieza del monumento, según fuentes del Cabildo.

No solo la Catedral está bajo control, según la Junta de Castilla y León, con plenas competencias en materia de Patrimonio.

La Consejería de Cultura y Turismo, con el fin de garantizar la conservación y protección del Patrimonio de la Comunidad durante el confinamiento, ha trasladado, a través de la Federación de Municipios y Provincias (Femp) y de las delegaciones diocesanas de Patrimonio, instrucciones sobre la protección de los bienes culturales en este momento de crisis pandémica, para evitar algunos perjuicios que puedan causar a los mismos los trabajos de limpieza y desinfección.

El Patrimonio en obras

Respecto a los bienes en los que se estaban acometiendo obras de restauración por parte de la Administración autonómica, «se ha contactado con las empresas y autónomos adjudicatarios de los contratos para analizar cada una de las situaciones y ver en qué medida se puede continuar con la ejecución de los mismos, adoptando las medidas de seguridad prescritas por el Covid-19. En este sentido se han aprobado los correspondientes planes de seguridad», explica la Junta por escrito a preguntas de este periódico.

En cuanto a la vigilancia de los bienes culturales, en el caso concreto de la provincia de León, en lo que se refiere a aquellos que cuentan con personal de la Junta de Castilla y León, «desde el Servicio Territorial de Cultura se han dado instrucciones para que se realicen inspecciones e informen en caso de producirse alguna incidencia. Todo ello, además de la habitual e imprescindible colaboración de los titulares y de los vecinos de las localidades próximas a estos edificios; y en todo caso, trabajando en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (especialmente con la Guardia Civil) y la Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias de Castilla y León (Ugrecyl), grupo de trabajo encargado de coordinarse con las personas y entidades que habitualmente intervienen en las tareas de rescate y protección: bomberos, Policía y Guardia Civil, UME y Protección Civil al servicio de la integridad de los bienes culturales».

Castilla y León revisó todos los protocolos de seguridad a raíz del incendio de Notre Dame. Además, la comunidad autónoma es socia en el proyecto europeo Proculther (Protecting Cultural Heritage from the Consequences of Disaster) para la protección del patrimonio cultural ante el riesgo de desastres.