Diario de León

Mercado laboral

El empleo temporal y precario (la mayoría) no tiene quien le ampare

Menos de la mitad de los leoneses tiene empleo estable a tiempo completo, la temporalidad se ceba en los sectores más lastrados por el parón económico

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León

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Las medidas de urgencia aprobadas esta semana por el Gobierno pretenden extender la protección frente al desempleo a los sectores más vulnerables del mercado laboral, la cuestión es si estos colectivos, mucho más desprotegidos ante situaciones de crisis, van a ser los que sufran de nuevo en mayor medida el descalabro económico. En León apenas el 47% del empleo es estable y a jornada completa, y la recuperación económica se tradujo en un incremento del número de contratos, pero en menos personas contratadas. Es decir, temporalidad y rotación.

Un mercado que expulsa a los trabajadores de más edad y a los que llevan más tiempo como demandantes de empleo, y que además está cada vez más concentrado en el sector servicios, especialmente en restauración y comercio, los dos sectores que más tardarán en recuperarse. Más del 70% de los contratos que se realizan en la provincia son eventuales por circunstancias de la producción o por obra o servicio. La cuestión urgente es si quienes pierden el empleo pueden acceder a las ayudas de urgencia habilitadas; la importante es si podrán recuperar su trabajo cuando la crisis sanitaria amaine.

Con sesgo de género

El empleo estable a tiempo completo es sobre todo masculino, el femenino tiene más jornada parcial

El futuro inmediato pondrá en evidencia que la crisis económica desatada en 2008 dejó una profunda herida de desigualdad, y una nueva clase social: los trabajadores empobrecidos. Una legión de ciudadanos al borde de la pobreza ante cualquier tropiezo laboral. Y lo que acontece ahora es mucho más que un tropiezo.

Apenas el 47% de los trabajadores leoneses tiene contrato indefinido y a jornada completa, y un 60% de ellos son hombres. Otro 13% son indefinidos, pero a jornada parcial, y ahí más del 76% son mujeres; como una minoría de fijas discontinuas. El conjunto de contratos indefinidos en vigor incluye al 61% de los trabajadores. El resto son temporales, un 20% a jornada completa y el resto parcial, también sobre todo mujeres, según los datos del Servicio Público de Empleo.

Precariedad y rotación

La recuperación se tradujo en mayor número de contratos, pero con menos personas contratadas

Un reciente informe de UGT advierte del fuerte incremento de la temporalidad a partir de la reforma laboral de 2012, que sitúa en el 27% de los trabajadores en España, frente a la media del 14% de la UE. Y señala que la jornada parcial «es un fenómeno reciente, que en España se caracteriza por su carácter involuntario», que ha crecido de forma acelerada amparado por las reformas laborales. Y que se ceba sobre todo en mujeres y extranjeros.

Desde Empleo confirman esta tendencia: el incremento de la temporalidad ha sido creciente desde 2009, y se ha acelerado con la recuperación. De hecho, de los contratos que se realizan sólo alrededor del 10% son indefinidos, la mitad por conversión ordinaria. Del 90% temporales, un 47% son eventuales por circunstancias de la producción; más del 33% por obra o servicio y alrededor del 8% de interinidad.

Jornadas parciales

Frente a otros países europeos, en España son sobre todo reducciones de actividad involuntarias

La recesión económica marcó un brusco descenso de la contratación entre 2007 y 2012, y comenzó a remontar en 2013 en León. Con una peculiaridad: hubo más contratos, pero menos personas contratadas, lo que constata «un aumento de la rotación en la contratación».

Y un cambio también en el perfil de los trabajadores contratados: durante la crisis se contrató a más mujeres, pero a partir de la consolidación de la recuperación los empleados fueron de nuevo mayoritariamente para los hombres. En las dos etapas Empleo constata que «las principales diferencias entre ambos sexos están más en el tipo de contratos a los que acceden: los hombres siguen acaparando los contratos por obra o servicio, y los de jornada completa.

El mercado laboral leonés tiene también un claro sesgo con las edades: la mayor parte de los contratos se realizan a personas de entre 25 y 34 años, casi un tercio del total; y los que tienen más dificultades son los mayores de 55 años.

También tienen especiales dificultades para encontrar un empleo los parados, especialmente los de larga duración. «A medida que aumenta la antigüedad como parado descienden las posibilidades de ser contratados», señala Empleo.

Las actividades económicas en las que se realizan más contratos en la provincia son también una evidencia de las dificultades a las que se enfrenta el mercado laboral local en la salida de la actual crisis: las más contratadas son servicios de comida y bebida, comercio, servicios de alojamiento, agricultura,...

De todos los grupos ocupacionales el de servicios de restauración y comercio «es el único que no ha dejado de crecer en volumen de contratación, aunque son ocupaciones que se caracterizan por la estacionalidad, la temporalidad y la parcialidad de la jornada».

Un peligroso esquema de mercado laboral.

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