Critican al alcalde por no velar por la ciberseguridad

El uso de la sala del Registro Municipal del Ayuntamiento de Ponferrada como camerino por parte de animadores festivos en las pasadas patronales de la Encina —con despliegue en el suelo de colchoneta incluida y con fácil acceso a documentos oficiales sensibles— ha suscitado la reacción crítica de los grupos políticos de la oposición. Todos han señalado al alcalde Olegario Ramón y a su equipo como el máximo responsable de poner en peligro información confidencial amparada bajo la ley de protección de datos. Consideran que es otro mal ejemplo de la forma de actuar de este gobierno municipal con despropósitos seguidos.

Para el PP de Marco Morala, estos hechos «ponen de manifiesto que algunos no valoran su privacidad ni la privacidad ajena. Se puede renunciar a la propia pero no se puede jugar ni legal ni moralmente con la protección de los datos de los demás. Y especialmente cuando estás obligado por razón de tu cargo a adoptar las medidas necesarias para protegerla y garantizarla».

Añade que «cada vez que llegue una oferta que no hemos pedido, cada vez que nos llamen para incordiarnos en casa con ofertas, cada vez que tengamos la sensación de que se trafique con nuestros datos pensaremos que el Ayuntamiento ha tenido algo que ver por esta negligencia reprobable. Luego vendrán a vendernos la moto de la ciberseguridad y de lo que gastan en proteger los datos de los ciudadanos y no lo creeremos». Considera que la gestión municipal «les queda muy grande, y día a día durante estos cuatro años se empeñan en demostrarlo». «Lo ocurrido en el registro municipal durante las fiestas de la Encina es solo una pequeña muestra más de todo ello», concluye.

Por USE Bierzo, Samuel Folgueral hace la siguiente reflexión: «Vamos a tener que darle la razón al alcalde en una cosa: las Fiestas de la Encina han sido memorables, pero lo han sido por recordarnos que la Era Trump sigue viva en Ponferrada. Lo que ocurre es que aquí en lugar de asaltos al Capitolio con cascos de bisonte se alienta la utilización del consistorio como campamento, en una clara muestra del poco respeto que el equipo de gobierno tiene hacia la institución y hacia la ciudadanía. La Ley de Protección de Datos es sólo una más de las que Olegario Ramón retuerce para adaptarla a su trumpiana y autoritaria forma de entender la gestión municipal, que ha convertido al Ayuntamiento en una extensión de sus caprichos personales».

Manuel de la Fuente, edil No Adscrito opina que «cuando se ha incrementado el presupuesto de las fiestas hasta los 350.000 euros, me parece demasiado fuerte utilizar como camerino el registro municipal, ¿porque no utilizaron el despacho de la concejala de Fiestas que está en esa primera planta y menos expuesto a los ojos del personal? Por lo menos se hubieran ahorrado el bochorno y las críticas que suponen esta aberración. Podían alquilar un camerino portátil. Como siempre, han tenido muy poco tacto político, falta de previsión y organización».