Diario de León

Turismo

Las Médulas urge la traída de agua tras un fin de semana al límite

Carucedo habilitó cinco aparcamientos provisionales que se llenaron el Viernes Santo

La administración local habilitó en los días de Semana Santa, con la colaboración de los propietarios de fincas particulares, cinco lugares donde los turistas pudieran estacionar. Pero en

La administración local habilitó en los días de Semana Santa, con la colaboración de los propietarios de fincas particulares, cinco lugares donde los turistas pudieran estacionar. Pero en

Ponferrada

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«Hemos estado al límite», decía ayer el alcalde de Carucedo al valorar la afluencia masiva de turistas a Las Médulas durante la pasada Semana Santa. Al límite por la llegada de automóviles que querían aparcar. Y al límite porque el aumento de turistas, con las obras de la nueva traída de agua todavía pendientes, provocó un aumento del consumo que dejó en apenas mil litros la capacidad de los depósitos, de los 72.000 litros que almacena cuando están llenos.

Tanto es así que Alfonso Fernández volvió a reclamar a la Junta de Castilla y León que acometa cuanto antes las obras de la traída, con un presupuesto de 409.000 euros. «Están aprobadas desde hace tres años», afirmó, repitiendo una reclamación que van camino de convertirse en una cantinela porque los trabajos no acaban de adjudicarse. Fernández insistió en que Las Médulas viene consumiendo unos 15.000 litros de agua diarios, lo que obliga a hacer encaje de bolillos para que haya agua en los grifos disponible cuando llegan días de gran afluencia de público.

La administración local también tuvo que acondicionar, con la colaboración de sus propietarios, hasta cinco aparcamientos temporales en fincas del entorno del paraje arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad para ofrecer plaza de aparcamiento a los turistas que llegaban a la zona en sus vehículos particulares. Los aparcamientos, con una capacidad estimada de 600 vehículos en total, fueron insuficientes, al menos el Viernes Santo, para acoger a todos los turistas. Fernández asegura que muchos de ellos «tuvieron que dar la vuelta».

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