Octavio Quiroga, el líder sindical que se entregó en el juzgado

Octavio Quiroga volvió esta semana al escenario donde hace cuarenta y dos años su amigo Joaquín Antonio Suárez se quemó a lo bonzo. Lo hizo después de le viera esposado, camino del juzgado, que entonces se encontraba en el entronque de la calle Ancha con la plaza del Ayuntamiento. A sus 73 años —aparenta menos— aquel líder sindical que arengaba a los mineros en el campo de fútbol de Fabero (arriba, foto de ‘Mundo Obrero), recuerda cómo se entregó para evitar que lo tomaran por un traidor. «Joaquín era mi amigo, Daba la vida por ti, por la causa», afirma. Pero no se espera aquella reacción. «Hoy el mundo va muy rápido y me preocupa que la juventud no sepa lo que pasó aquí hace cuarenta y dos años».