Diario de León

Temor en la Rosaleda ante una ola de robos en pisos con el método ‘bumping’

Los ladrones logran entrar sin la llave del propietario y sin forzar la puerta con un artilugio

Vista del bulevar de La Rosaleda, en Ponferrada, de ayer martes, lugar en donde han robado en varias viviendas. ANA F. NARREDO

Vista del bulevar de La Rosaleda, en Ponferrada, de ayer martes, lugar en donde han robado en varias viviendas. ANA F. NARREDO

Ponferrada

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Vecinos del barrio de la Rosaleda, en Ponferrada, se han puesto en contacto con este periódico para dar a conocer de manera pública su temor —e incluso miedo— por la ola de robos que están sufriendo en sus viviendas. En los últimos días, al menos han entrado a robar joyas en pisos situados en el bulevar Juan Carlos I. Confirmados por este periódico fue en seis pisos.

Los afectados, que ya han puesto la denuncia ante la policía, explican que prácticamente no se enteran de cómo y cuándo han entrado los ladrones en su casa, dado que utilizan un método ampliamente conocido por los cerrajeros y ladrones especializados.

Se trata del método bumping , que consiste en la apertura de la puerta de entrada a un piso o una casa sin utilizar la llave del propietario; y lo más llamativo, sin forzar la cerradura de seguridad.

Los ladrones introducen en el cilindro de la cerradura una llave maestra manipulada y la golpean, de tal forma que hacen «bailar» los pistones del cilindro y salten de manera simultánea cada vez que la llave recibe un golpe. De esta manera, en un momento dado, logran girar la llave al acoplarse los pistones y por tanto abrir sin mayor dificultad la puerta de seguridad.

Dicen los entendidos consultados que «en apenas medio minuto» se hacen con la clave de la cerradura, y la misma, ni tan siquiera queda dañada a la vista del dueño de la vivienda.

La llave bumping que utilizan los ladrones es especial; no es común para el resto de usuarios. Encaja en la mayoría de las cerraduras, se coloca hacia abajo para recibir golpes de martillo y así libera los pistones del cilindro y abren sin mayores dificultades puertas blindadas.

Relato de una afectada

Una de las personas afectadas en el barrio ponferradino de la Rosaleda explicaba ayer a este periódico lo que le sucedió. Ella y su familia llevaban varios días fuera de Ponferrada, de vacaciones. En una ocasión su madre entró en el piso robado y no se percató de nada, dado que no entró en la habitación en donde sí aparecieron los armarios revueltos.

Los ladrones (se cree que, al menos en este caso, entraron dos personas, dado que había huellas de guantes diferentes de dos personas, según los datos de la policía científica) son selectivos. Sólo se han llevado joyas de oro y relojes de gran valor. El resto lo dejan, e incluso van sólo a por un tipo de oro de mayor calidad, dado que han dejado joyas que consideran de peor salida para su venta o final fundición. Lo mismo sucede con los relojes: Se llevan los que de verdad cuestan dinero y pueden tener mejor salida en el mercado negro.

Corte de luz

En este caso, —y también en otros a los que ha tenido acceso este periódico— los ladrones han entrado cortando durante un breve espacio de tiempo el suministro eléctrico. Esto hace hace que las alarmas o las conexiones a Internet con casa domótica apenas lo detecten. Así, evalúan lo sucedido como si fuera un corte momentáneo y sin importancia de luz. En este caso, de nuevo, la policía sabe que se enfrenta a verdaderos profesionales del robo, que dominan esta la técnica al máximo para no ser detectados.

Han llegado a entrar con los inquilinos dentro y se han dado casos en los que, por ejemplo, una señora llegó de la compra y al depositar las bolsas en la entrada del piso, salió del interior el ladrón sin mayores aspavientos.

«Tenemos miedo»

«Con lo que nos ha pasado, tenemos miedo y no somos los únicos. Es necesario que la gente conozca lo que está pasando, para que todo el mundo adopte medidas y esté atento a esta ola de robos que sabemos que hay, porque somos varios los vecinos afectados y nos conocemos. En todos los casos, el método que emplearon fue el mismo. Entran sin forzar nada y se llevan sólo las joyas que le interesan sin problema», comenta para este periódico una de las mujeres afectadas, a la que le llevaron relojes, anillos y cadenas de oro que tenía en su piso de La Rosaleda.

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