Diario de León

Cosas de aquí | El roscón da la sorpresa

5.000 euros ‘frescos’

El asturiano Rosendo Suárez encuentra el premio de la confitería Conrado de La Bañeza en el último trozo de un roscón que pasó varios días en la nevera.

El afortunado, Rosendo Suárez, sostiene una copia gigante del ‘premio’, junto a Sergio González, de Conrado.

El afortunado, Rosendo Suárez, sostiene una copia gigante del ‘premio’, junto a Sergio González, de Conrado.

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Ana g. valencia | la bañeza
León

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Las puertas de la confitería Conrado de La Bañeza se abrieron ayer a mediodía para recibir la visita más esperada, la del dueño de los 5.000 euros que este año el establecimiento escondió en un roscón de Reyes. El agraciado, Rosendo Suárez, explicó que encontró el premio en el último trozo de un roscón que había dejado varios días en la nevera. «Tenía la corazonada de que estaba ahí», afirmó este asturiano, quien reconoció que tras comer buena parte del dulce el día 6, «me fui a Asturias, dejando lo restante en la nevera rodeado por la corona que traía el bollo», bromeó.

Rosendo que pasa temporadas en La Bañeza porque tiene familia en la ciudad, volvió de su viaje el miércoles y por la noche, sobre las 21.30 horas, decidió mirar en el roscón por sí realmente estaba el premio. «Al abrir el dulce leí: páguese al portador y supe que era el ganador del cheque», aseguró este asturiano, que se confiesa una persona «muy tranquila». Lo cierto, es que sin perder la sonrisa, Rosendo no se mostró nervioso por la sorpresa en ningún momento. «Cuando vi el papel lo saqué, lo limpié, lo guardé en el bolso y hasta ahora», reconoció.

Es la primera vez que el premiado, un marinero retirado, compra el roscón de Conrado. «De hecho me llevé tres, uno antes y dos el día 5», afirmó el agraciado, quien explicó que regaló uno de los dulces, aunque la suerte quiso que el premio reposara en su nevera. El bollo que contenía los 5.000 euros era de tamaño mediano y relleno de crema. «También estaba bueno», reconoció este asturiano. Con el premio, el afortunado tapará algunos agujeros y se marchará de viaje por América Latina. Rosendo, además, tuvo unas palabras de agradecimiento «para la buena mano que me vendió el roscón».

Así, se pone punto y final a una historia que durante estos días ha mantenido impacientes a aquellos que tenían ganas de conocer al premiado. No es costumbre que se haga tanto de rogar. Ahora, qué aproveche la recompensa y a cruzar los dedos para el próximo año.

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