El ‘cirujano’ de las empresas

«El éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización». Quizás esta frase del pintor francés Jean Pierre Sergent sirve para describir las armas que han convertido al leonés Mauro Guillén en un gurú del management internacional, en un astro que brilla con luz propia en el firmamento planetario gracias a sus agudas visiones sobre la economía global, el sistema monetario y las carencias y fortalezas de las empresas.

El Korea Times, la CBS News Radio de Nueva York, o la Bloomberg TV se lo rifan como analista. De hecho, atiende a periodistas casi todos los días y disfruta con el reto de diseccionar en cuatro minutos los temas de actualidad y darles solución como le piden las televisiones americanas. Las reuniones con ministros de Economía de decenas de países, banqueros y grandes empresarios marcan su agenda, aunque, además de las relaciones humanas, lo suyo es la investigación. Un tesón que se ha plasmado en seis libros, y un abultado listado de colaboraciones en revistas de ciencias sociales y medios.

Pensar a lo grande le ha llevado a un trabajo ‘grande’. En los ochenta fue visionario. No existían aún los Erasmus, pero apostó por continuar su formación ovetense como economista político en la prestigiosa universidad de Yale. Logró una beca para investigar y aterrizó en New Haven (EE.UU) con sólo 23 años persiguiendo su primer sueño de doctorarse en Sociología. Su impecable inglés le abrió las puertas.

«Me impactó el cambio en las aulas. En España tomabas apuntes en silencio y aquí me pedían opinión, que hablara, que discutiera. Fue un shock, realmente son dos países distantes y distintos», comenta. El sistema americano caló en su mente, ya predispuesta a desentrañar cómo funcionan las cosas, de modo que fue acumulando cursos, contactos y publicaciones. Tras cuatro años en Boston, su carrera meteórica echó el ancla en Filadelfia como catedrático de Dirección Internacional de Empresas en Wharton School, la escuela de negocios más famosa de todo EE.UU.

En esa ciudad de tamaño similar a Madrid, con inviernos de 20 grados bajo cero, reside desde hace dieciséis años. Su adaptación ha sido camaleónica. «Lo que más me gusta de Filadelfia es que es un lugar muy conectado con el mundo, muy cosmopolita. Desde luego, cuando sales de casa no te encuentras como en España con veinte tiendas para comprar la comida y vestirte, ni existe el típico bar de la esquina donde te reencuentras con tus amigos, pero hay una gran mezcla intercultural y mucho movimiento de ideas», señala. El plato estrella es un sandwich de carne y queso, que popularizó la película Rocky , aunque la diversidad de razas se traduce en un rosario de restaurantes de todo tipo. En la cuna del consumismo, Guillén echa de menos las tertulias radiofónicas. «Gracias a Internet, ahora puedo escuchar algún debate en la radio, pero no es sencillo», dice. Su facilidad para la síntesis y sus ganas de hurgar en busca de conocimientos, le encumbraron a su puesto actual en la Universidad de Pensilvania como director del instituto Joseph H. Lauder, que imparte un ambicioso MBA para formar líderes. «Por mis manos pasan de 200 a 350 alumnos al año. Viene gente del mundo entero, entre ellos, tenemos a un actor de Bollywood (India) listísimo y a un acróbata del Circo del Sol», indica.

La grandeza de este intelectual se plasma en el genial equilibrio que ha logrado entre trabajo y ocio. Le apasiona desentrañar los hilos que tejen la historia, viajar, los espectáculos de Broadway (a una hora) y Filadelfia (que posee una gran vida cultural). Además, disfruta con sus hijas y su mujer de cuatro meses al año de estancia entre España y Puerto Rico. Asegura que saldremos «de esta crisis económica, aunque con sufrimiento. El modelo está roto, deshauciado, hay que ponerse las pilas y competir».