Diario de León

El Matusalén del mundo tiene 112 años y es de León

Saturnino de la Fuente, ‘Pepino’,

Saturnino de la Fuente acompañado de su hija Ángeles de la Fuente y su yerno Bernardo Marcos. FERNANDO OTERO

Saturnino de la Fuente acompañado de su hija Ángeles de la Fuente y su yerno Bernardo Marcos. FERNANDO OTERO

León

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El hombre más longevo del mundo ha sobrevivido a dos pandemias, a la Guerra Civil y a la dura posguerra, aunque él contaba la historia con otro hilo: «Viví la monarquía de Alfonso XII, la dictadura de Primo de Rivera, la revolución del 34, la II República, la dictadura de Franco, la monarquía de Juan Carlos y ahora la de su hijo».

Saturnino de la Fuente nació en Puente Castro el 8 de febrero de 1909. Es la fecha en que siempre ha celebrado su cumpleaños, aunque en el Registro Civil figura el 12 de febrero. «En aquellos tiempos tardaban tres o cuatro días en inscribirlos», señala su yerno. Aquellos días babía nevado en León, como se desprende de un suelto que publica el Diario de León acerca del resbalón que sufrió una sirvienta en en la avenida Ordoño II, que se lesionó al romperse el cántaro que portaba. El rotativo anunciaba en la misma edición la intención de los farmacéuticos de descansar en domingo y multas a los padres de los quintos de 1909 si contrataban quintas (la mili) en oficinas no autorizadas.

Aunque está aún muy lejos de alcanzar la edad de Matusalén, que según el relato bíblico alcanzó los 969 años, es el hombre más cercano al mítico personaje que aparece en el pasaje 5:21-27 del Génesis. La receta de tan larga vida ha sido «la tranquilidad y no hacer daño a nadie», solía decir el hombre.

«Tranquilidad y no hacer daño a nadie» es la receta que Saturnino daba para la longevidad

 

El Guinnes World Record ha recibido la confirmación de la familia de que Saturnino está vivo y una foto, tras el fallecimiento de su antecesor Emilio Flores, en Puerto Rico. Los dos hombres se disputaron la mayor longevidad del mundo, aunque no en una partida sino en las partidas de nacimiento algo que resultó difícil de encontrar al boricua. «Nos pidieron la partida de nacimiento de mi abuelo y la del hijo mayor, que era mi madre y ya está fallecida», comenta Begoña.

Saturnino es el más anciano entre los hombres, pero entre las mujeres hay una japonesa que mantiene el listón muy alto. Kane Tanaka de Japón, nacida el 2 de enero de 1903 y que vive en Fukuoka, Japón, encabeza el ránking de la longevidad en el mundo en los registros conocidos.

Saturnino de la Fuente fue zapatero de profesión y jugador de fútbol por afición, en aquellos en que el balompié se introducía en la provincia con fuerza. Con 18 años ya jugaba con el equipo del Puente Castro F. C. Cuando aún hablaba —su vitalidad ha decaído notoriamente en los últimos tres años— y veía una foto que guarda como recuerdo de 1927 con el equipo de fútbol decía: «De todos estos que están ahí, el único que queda soy yo».

La familia espera con emoción el título del Guinness World Récord tras enviar papeles y foto

 

El apodo de Pepino, por el que solo le conocen en Puente Castro, le viene de su madre, que se llamaba Josefa y era conocida como Pepe. Saturnino de la Fuente se casó a los 24 años con Antonia Barrio Gutiérrez. Tuvieron siete hijas y un único varón, cuya muerte, al poco de nacer, ha sido un triste recuerdo para este hombre cuya vida discurrió de la fábrica de zapatos, en la calle La Rúa a casa y de casa al trabajo.

El hombre más viejo del mundo está al cuidado de su hija Ángeles y de su yerno Bernardo en el domicilio de este matrimonio en el barrio del Crucero. Todas las mañanas, hacia las 11, inician la rutina con el anciano. Primero le sientan en la cama y tras asearlo le pasan a la silla de ruedas y le dan el desayuno. Después de comer le acuestan de nuevo en la cama, aunque la mayor parte del tiempo que está sentado ya lo pasa entre sueños.

Por la tarde, sobre las seis y media, le levantan de la siesta, le dan la merienda y queda en la sala hasta la hora de acostarse. Todo lo que come hay que pasarlo por la batidora. Ya no dice ni una palabra, ni oye nada. «Se queda como un niño pequeño. Ya nos ha dicho la médica que en el momento que deje de comer se va, que es la manera que tienen de irse estas personas», explica Bernardo Marcos, su yerno. En octubre van a cumplirse 27 años desde que Saturnino se mudó a su casa para quedarse para siempre. «Estaba cansado de andar con la maleta de casa en casa de sus hijas y al casarse uno de mis hijos y quedar la habitación libre habló conmigo y me propuso quedarse aquí», comenta.

Aunque en los últimos años ya no le vacunaban de la gripe, el pasado febrero recibió la primera dosis de la vacuna contra el covid y 21 días después la segunda. Ha resistido la pandemia y apenas se ha enterado de la enfermedad por la que ha pasado su hija Ángeles, ya recuperada, o de la operación de su yerno.

Saturnino de la Fuente ha sido un hombre activo que, tras su jubilación, disfrutaba de largas temporadas en Benidorm. Hace ocho años, el entonces alcalde de la ciudad, Agustín Navarro, le concedió una medalla como turista fiel al cumplir los 105 años de edad. El Puente Castro F.C. también le tributó un homenaje por su aportación al desarrollo de este club que sigue vivo y coleando en la competición. Saturnino vive ajeno a la espera del nuevo título, que en la familia esperan con emoción.

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