Autores leoneses que llevan la voz ‘contante’

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Primera edición agotada, 43 voces del cuento castellano y leonés desplegando toda una suerte de estilos y argumentos, firmas jóvenes que irrumpen con fuerza. Este Cuentos pendientes , coordinado por José Ignacio García, y que lanza Ediciones Castilla para celebrar cuatro décadas, es todo un alarde de músculo literario. Y en todo este universo en comunidad León pisa, o escribe, con la fuerza de que más de un tercio son de aquí. En efecto, siguen la tradición de los maestros, toman el relevo, y desde diferentes puntos de vista ejercen de autores a la búsqueda de un lenguaje propio.

Pero entre todos ellos es de justicia destacar el nombre de Elena Santiago. Es el in memoriam que el coordinador ha querido situar a la cabeza en forma de homenaje, como lector, admirador y amigo de la autora leonesa fallecida a primeros de año.

Emilio Gancedo, Nacho Abad, Alberto R. Torices, Ana Flecha, Avelino Fierro, Pablo Andrés Escapa, Noemí Sabugal, Susana Barragués, Luis Artigue, Miguel Paz, Tomás Sánchez Santiago, Marta Muñiz Rueda, Gregorio Fernández Castañón o Fermín López Costero son parte de la representación leonesa que navega junto a compañeros de Comunidad y de generación en algunos casos en este buque insignia del relato que regatea en corto pero que tiene la misma envergadura que los otros géneros considerados mayores como la novela.

«Sí, las pasé canutas para hacer la selección. Y, por supuesto, hubiera metido más nombres. Pero quise ajustarme a la condición de que fueran autores con obra realizada en ese formato narrativo», explica García, que además de escritor participante es compañero y sin embargo amigo de gran parte del gremio.

«También es verdad que los autores leoneses llevan la voz cantante. En el libro, pero pienso también que en el conjunto de Castilla y León», afirma, además de en su conjunto haberse encontrado con la grata sorpresa de que los textos, lejos de seguir una línea uniforme, gozan de versatilidad, libertad creativa y variedad temática, amén de la calidad como requisito previo que se impuso a la hora de planificar el contenido de la publicación.

El otro gran acierto de Cuentos pendientes. Cuarenta y tres voces del cuento castellano y leonés del siglo XXI es que se erige en la actualidad como artefacto único en su especie y ámbito editorial, por lo que tiene pinta de convertirse en acontecimiento histórico y generacional.

«Hay gente de 1950 y de 1980. Curiosamente, los más jóvenes también son de León», matiza. Y se refiere entonces a la personalidad de los escritores que surgen en la provincia y que parecen contar con el activo de unos rasgos concretos con los que luego cada autor construye su propio estilo.

«El libro merece la pena por todas esas cosas», asegura José Ignacio García. «Son 400 páginas completas, con los cuentos y con textos e imágenes sobre los autores, que creo, modestamente, supone un hito en el siglo XXI, porque hasta la fecha no se había hecho nada igual», asevera el también escritor.

Un remoto sueño

«Ha sido el sello editorial vallisoletano Castilla Ediciones, que dirige desde su fundación José Antonio Rodríguez Lozano, el que me ha ofrecido la posibilidad de convertir en realidad mi remoto sueño», explica.

«A veces escucho que la gente de las letras no es solidaria ni generosa. Y yo siempre romperé lanzas con quien así opine, porque son centenares los genios o los artesanos de la pluma y la palabra que a lo largo de mi trayectoria literaria me han demostrado justamente lo contrario», dice también García en un suculento prólogo que le confirma como un amante de las letras y de quien las escribe. Pero también, en un símil suyo con el fútbol, como ese seleccionador nacional en estado de gracia que milagrosamente pone a todos de acuerdo.