Diario de León

Un benefactor del arte leonés llamado IPCE

Restaurará una vidriera, el trascoro y un sagrario de Juan de Juni de la Catedral

El sagrario de Juan de Juni que restaura el IPCE. JESÚS F. SALVADORES

El sagrario de Juan de Juni que restaura el IPCE. JESÚS F. SALVADORES

León

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Solo se ocupa de bienes emblemáticos. En sesenta años, que cumple ahora, ha llevado a cabo 14.000 proyectos de restauración y conservación. El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), dependiente del Ministerio de Cultura, celebra sus seis décadas con tres proyectos leoneses entre las manos: una vidriera, el trascoro y un sagrario de Juan de Juni; todos ellos de la Catedral.

El sagrario renacentista del siglo XVI tallado por el escultor Juan de Juni lleva meses en el ‘quirófano’ del Instituto del Patrimonio. La obra, procedente del Museo Catedralicio de León, se hallaba en un dedicado estado, con la madera carcomida. El taller tratará de recuperar la policromía original de este tesoro religioso. El sagrario de Juni, una obra excepcional del Renacimiento, tuvo una ajetreada historia hasta recalar en la Catedral. Perteneció originalmente a la desaparecida capilla de los Villapérez de León —anexa a la casona que hoy alberga la Fundación Vela Zanetti—, de ahí se trasladó a la iglesia de Cuénabres y después a la ermita de Pedrosa del Rey. Con la construcción del pantano de Riaño y la anegación de este último pueblo, el sagrario se traslado definitivamente al Museo de la Catedral.

En junio el IPCE concluía la restauración de una espléndida talla de María Magdalena, también perteneciente al Museo de la Catedral, atribuida a Gaspar de Becerra. A esta talla del siglo XVI le faltaban los dos dedos índices y sufría numerosas patologías, como alteraciones por ataque de xilófagos, grietas en el soporte, zonas con la capa pictórica desprendida y toda la superficie estaba cubierta por una gruesa capa de barniz muy oscurecida.

El IPCE también se ha comprometido a sufragar la rehabilitación del ventanal N-XV de la Catedral. El Cabildo ha tenido que ‘ralentizar’ el programa de restauración de vitrales debido a la merma de ingresos en la taquilla del templo gótico, a la espera de que los visitantes retornen y puedan continuar el programa iniciado con El Sueño de la Luz.

El IPCE, cuyo subdirector general es el catedrático leonés y académico de Bellas Artes Javier Rivera Blanco, ejecuta al año más de 200 proyectos sobre bienes culturales de titularidad estatal y ofrece asesoramiento en otros 500.

La tercera restauración que tiene en ‘lista de espera’ el IPCE es el trascoro de la Catedral. De momento, no hay fecha para iniciar la rehabilitación de una de las construcciones más fastuosas de la seo leonesa. Los trabajos los financiará íntegramente el instituto dependiente del Ministerio de Cultura, que empezó hace dos años a escanear este auténtico arco de triunfo. Una intervención a la que destinará 60.000 euros, para recuperar el esplendor que ha perdido esta joya bajo una gruesa capa de polvo acumulada durante siglos. La suciedad impide ahora contemplar el brillante alabastro y los dorados de esta colosal construcción erigida para ‘arropar’ el coro. En febrero de 1577 el Cabildo encargaba a Juan de Juni y Esteban Jordá «vestir» los ornamentos del imponente trascoro con el que la Catedral recibe hoy a los visitantes.

San Isidoro, un pionero

Una de las señas de identidad del IPCE es la innovación y la aplicación de las últimas tecnologías en la conservación del patrimonio, como los rayos X o el láser en su momento; o la nanotecnología, el uso de drones y técnicas como la anoxia y la fotografía de fluorescencia visible inducida por radiación ultravioleta.

Los primeros proyectos de los años 60 y 70 sentaron las bases de una disciplina que se ha ido profesionalizando e incluyendo los últimos avances. Las intervenciones realizadas en esos años en el claustro y frescos del Panteón Real de San Isidoro de León o las tablas de Pedro Berruguete del retablo de la iglesia de Santa Eulalia de Paredes de Nava (Palencia) son algunos ejemplos.

En los años 80, los trabajos del servicio de arqueología, con la elaboración del inventario del Arte Rupestre, son pioneros en el estudio sistemático de esta disciplina en España. A partir de los 90, se añaden los servicios de laboratorios y fotogrametría, pioneros en la aplicación de las técnicas de análisis físico-químicas, y de fotografía, imagen y planimetría a los bienes culturales. Precisamente, en 2019 el IPCE llevó a cabo la geometría general del trascoro de la Catedral. Realizaron un escaneado integral con láser de la obra de Juni y Jordá.

Uno de los tesoros documentales más fascinantes que esconde el IPCE es el denominado Archivo de la Guerra. Ahí se recoge el papeleo generado por la republicana Junta Delegada de Incautación de Madrid y el Servicio de Recuperación Artística, creado por el bando franquista, para proteger el patrimonio histórico español durante la Guerra Civil. Fue un intento por que la barbarie y las bombas no destruyes los bienes culturales del país.

Destaca también la labor de recuperación del patrimonio fotográfico que ha llevado a cabo en los últimos años, con un ambicioso programa de digitalización de los fondos custodiados en su fototeca, una de las colecciones más ricas de fotografía sobre patrimonio cultural español, disponible para consulta en línea, con cientos de fotografías leonesas.

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