Diario de León

LEÓN BIEN VALE UNA FOTO

Un comité de premios nacionales para que León sea referente de la fotografía

Castro Prieto, Masats, López Mondéjar, Gervasio Sánchez y Chema Conesa diseñan un proyecto para hacer de la provincia un centro neurálgico y punto de reunión de los grandes fotógrafos nacionales e internacionales.

Juan Manuel Castro Prieto en su laboratorio químico y digital de Madrid, junto a Gran Vía.

Juan Manuel Castro Prieto en su laboratorio químico y digital de Madrid, junto a Gran Vía.

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SUSANA VERGARA PEDREIRA | LEÓN
León

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Todo en él está trenzado, como los vasos comunicantes que alimentan una planta. Como si todas las casualidades le condujeran al mismo objetivo: el de una cámara fotográfica. A Juan Manuel Castro Prieto le persigue la pasión por la fotografía. A ella le llevó su familia. Las dos circunstancias se han enlazado en su vida. No había ningún fotógrafo en su familia, pero ellos se colocaron delante. Su hermana compró la primera cámara. Su abuelo, en Cespedosa de Tormes, apenas un puñado de vecinos en este pueblo salmantino, en su primer retrato. La primera foto del primer rollo que tiró. Con ella ha abierto una retrospectiva. Tenía 19 años. No ha parado. Cuarenta años retratando el pueblo, sus paisajes, su gente, las casas, las calles, la vida y el tiempo. Cuatro décadas volcado en sus fotos, esas y muchas mas, miles, y en las de los demás, en su laboratorio, antes químico, ahora además digital, en Madrid, junto a Gran Vía.

En el pueblo de sus antepasados encontró sentido. Raíz. Ancestros. Origen. La causa de todo. Y en unas placas, su destino. Había estudiado Económicas y entrado a trabajar, ya como fotógrafo, en el Museo Arqueológico de Madrid, pero fue en Perú donde todo se precipitó, como lo hacen los cristales de haluros de plata, reveladores, fijadores, todos los químicos, en una cubeta. Fue un trabajo de encargo para hacer los positivos a partir de las placas de cristal originales de Martín Chambi, un fotógrafo indígena, nacido indio y desheredado, que está considerado un maestro pionero de la fotografía de retrato. Más que fotografías, un documento histórico. Años después, Castro Prieto le devolvería a su admirado Chambi su mirada sobre Perú en una serie magistral titulada Viaje al sol.

La familia le ha traído ahora hasta León. Su hijo, Mario Castro Baro, también fotógrafo, ha emparentado en Quintanilla de Sollamas, otro puñado de vecinos, ahora en la ribera del Órbigo, entre ellos, su nieto. Otra raíz. En León quiere poner en marcha su gran proyecto fotográfico.

Un comité de premios nacionales de fotografía con Castro Prieto al frente ha diseñado un proyecto para hacer de León un centro neurálgico de la fotografía. Juan Manuel Castro Prieto (Premio Nacional de Fotografía 2015), Ramón Masats (Premio Nacional de Fotografía 2004), Publio López Mondéjar (académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fotógrafo y fotohistoriador), Gervasio Sánchez (Premio Nacional de Fotografía 2009) y el fotoperiodista, reportero, editor y retratista Chema Conesa quieren convertir León en un referente de la fotografía nacional e internacional.

El primer paso, León es Photo, dirigido por Mario Castro y con la fotógrafa leonesa Carmen Coque en el consejo asesor junto a Conesa, Publio López, Gervasio Sánchez, Ramón Masats y David Vicente. Clases magistrales en las que se descubre cómo trabajan los grandes fotógrafos, que inauguró Alberto García-Alix y que hoy protagoniza Castro Prieto, en el Salón de los Reyes del Ayuntamiento de San Marcelo. Quince alumnos llegado de todo el país para asistir a estas máster class, que traerán a León también a Pierre Gonnord, Isabel Muñoz, Cristina De Middel, Gervasio Sánchez y, con toda probabilidad, a Cristina García Rodero.

El proyecto se centra en tres puntos más: organización de exposiciones, coloquios y conferencias, promoción de fotógrafos leoneses, proyecciones nocturnas y, además, la convocatoria a los mejores fotógrafos del momento para plasmar su visión sobre León y alimentar así el patrimonio fotográfico de la provincia que inició, en 1900, en una iniciativa pionera, la Diputación de León con Winocio Testera (1873-1959), el fotógrafo que se instaló en el 18 de la calle Ancha y cuya obra constituye una joya etnografía.

«Queremos que León tenga un tejido fotográfico, que sea un punto de referencia y, a la vez, que los jóvenes fotógrafos leoneses tengan un acceso a un mundo más amplio y rico, que sean promocionados y se dé a conocer su obra», explica Castro Prieto.

«Hay grandes fotógrafos muy conocidos a nivel internacional que son de aquí», apunta. Y desliza un buen listado de nombres, entre ellos Andrés Martínez Casares o Pellitero.

Quieren construir espíritu de autor. Despertar a los creadores de conciencia. Han elegido León.

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