Diario de León

CULTURA

Eduardo Arroyo pone fin al festival de Laciana tras 17 años

El artista y su mujer, Isabel Azcárate, alegan cansancio y aseguran que dejan el proyecto «con mucho dolor».

Imagen de archivo del artista de ascendencia leonesa Eduardo Arroyo, anfitrión de los encuentros musicales que tenían lugar en julio en Robles de Laciana.

Imagen de archivo del artista de ascendencia leonesa Eduardo Arroyo, anfitrión de los encuentros musicales que tenían lugar en julio en Robles de Laciana.

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Punto y final. Sin prórrogas. Sin críticas. Un simple adiós, pero definitivo. El festival que cada mes de julio congregaba a un selecto grupo de músicos en la pequeña localidad de Robles de Laciana, con el artista Eduardo Arroyo como anfitrión, ha llegado a su fin.

«Lo dejamos con mucho dolor», confiesa Isabel de Azcárate, esposa del pintor, que se recupera de una operación —que de momento le ha dejado sin voz— en la misma casa en la que hace 17 años nacía una de las iniciativas culturales más singulares, inspirada seguramente en el espíritu educativo de la Fundación Sierra-Pambley, tan arraigada en la zona y de la que es patrona la propia mujer de Arroyo, hija de Justino de Azcárate, un viejo exiliado leonés republicano sobrino del prócer de la Institución Libre de Enseñanza Gumersindo de Azcárate y a quien el autor de ‘Las Moscas’ —el polémico grupo escultórico de Puerta Castillo— le tomó prestado el título de sus memorias, Minuta de un testamento.

«Estamos cansados y creo que esto ya es repetición», explica Azcárate, ex directora de la galería Malborough, quien reconoce la labor de la pianista Rosa Torres-Pardo, «que verdaderamente se ocupaba de toda la parte artística. También ella lo sintió, pero ha comprendido la situación».

Es el fin de un ciclo, una experiencia que ha permitido llevar cultura de calidad a un pueblo de 130 habitantes. Al principio Arroyo tenía que arrastrar a sus amigos hasta la casa de su infancia; luego, se apuntaban ellos. «Nosotros prestamos la casa y el pueblo nos recibe», aseguró Arroyo hace años.

Cecina, chorizo y calderetas formaban parte del menú de julio, compartido por grandes de la música como Enrique Viana, José Manuel Zapata, Carmen Serrano, el Cuarteto Assai o los pianistas Josep Colom y Azumi Nishizawa y la soprano Uma Ysamat. «Venían artistas muy consagrados que no cobraban caché y nosotros hacíamos frente a los gastos», explica Isabel de Azcárate.

El piano de la gran concertista Rosa Torres Pardo sonando al atardecer, a la caída del sol; y, de fondo, el eco de las campaña de la iglesia. Gente de la comarca entre el público junto a personajes de la política como José Luis Rodríguez Zapatero, Alfonso Guerra, la ex ministra Elena Salgado o el ex director de la Otan Javier Solana.

«Lo hemos pasado muy bien», confiesa la mujer de Arroyo. Los encuentros de Robles —o ‘el festival de Arroyo’, porque nunca tuvo un nombre oficial— concitaron a personajes como Cristóbal Halffter, Eduardo Úrculo, Ana Belén y Víctor Manuel, Máximo Pradera, Jesús Ruiz Mantilla o Lola Greco. El ‘púlpito’ de la iglesia de Robles acogió hasta un ‘sermón’ literario a cargo de Almudena Grandes y Luis García Montero.

«Estamos mayores», dice Isabel Azcárate, a modo de disculpa y como despedida.

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