«González de Lama fue un faro»

El alcalde de León, José Antonio Diez, y la concejala de Cultura, Evelia Fernández, entregaron ayer el Premio Nacional de Poesía Antonio González de Lama a la valenciana María Dolores López Maxtell, licenciada en Filología española y Literatura, profesora de instituto de enseñanza secundaria, que se alzó con el galardón por su poemario El animal que espera. En el acto, que ha tenido lugar en el Salón de Plenos del consistorio leonés y ha contado con la presencia del jurado y de familiares de González de Lama, el regidor ha dado la enhorabuena a la autora, destacando cómo «con este galardón, María Dolores entra a formar parte de una lista muy remarcable de autores que han hecho consolidar, crecer y mejorar este premio, conformando un largo y completo listado, han convertido este evento en algo esencial en el mundo poético nacional». «Para nosotros, como ciudad, la entrega de este premio supone un compromiso más con la literatura, con la cultura, que entendemos como eje fundamental de nuestro proyecto de ciudad». La galardonada ha reconocido que el premio supone una alegría y «un honor por dos razones: por la calidad y trayectoria, más que reconocida, de los miembros del jurado, así como por su honestidad, pues al margen de cualquier otro criterio extraliterario han premiado la obra que creían merecía ser publicada». López Maxtell ha querido ensalzar la figura de González de Lama como «faro de una literatura crítica y comprometida con la dura realidad social de entonces, los años de la inmediata posguerra española», y ha finalizado dedicando sus palabras «a todas las personas que, aún hoy, hacen que la poesía continúe siendo ese hilillo de agua, amago de ser un río, que va siempre a nuestro lado y nos acompaña, y que, tan a menudo, a veces sin darnos cuenta, nos atraviesa».

El premio, fallado el 15 de octubre, tiene como objetivo motivar la creatividad poética y, en este caso, el jurado acordó por unanimidad otorgar el galardón al poemario El animal que espera por «la brevedad y la claridad, apreciándose un decir luminoso acerca del ser y el recuerdo, así como sobre la acción del tiempo respecto a las cosas y los seres y la evocación de lo liviano».