Diario de León

Julia D. Velázquez fotógrafa

«La esencia de mi inspiración está en mis modelos»

‘Saudade’, una de las obras que pueden verse hasta el 27 de junio en el Hotel Quindós.

‘Saudade’, una de las obras que pueden verse hasta el 27 de junio en el Hotel Quindós.

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c. f./ e. g. | león
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Invocando a Lempicka es el sugestivo título de la exposición que la fotógrafa leonesa Julia D. Velázquez abrió ayer en el cada vez más activo Café Ristán del Hotel Quindós. Un homenaje a la visión femenina de la pintora polaca que muestra a una mujer detenida en el tiempo, sumergida en sus pensamientos y atrapada en un cuerpo rotundo.

—¿Por qué Lempicka?

—Por varias razones. La fundamental es por mi obsesión por el volumen y la luz, y nadie como Tamara de Lempicka para representar, a través de los que encierra la anatomía femenina, tanta fuerza a pesar de su aparente estado de reposo. Cómo resbala la luz por los cuerpos como queriendo encerrar en su interior la energía de una amazona.

—¿Encuentras algunas similitudes entre la época de Tamara y la actual?

—Creo que el punto común puede ser esa energía de la que hablo, las mujeres de Lempicka se hayan en un estado de ‘ensimismamiento’, de ‘ensoñación’, y mi concepto añade que se encuentran en una burbuja ficticia donde su mente reposa del caos y encuentra la calma antes de seguir con la batalla del día a día. Esa es para mí la similitud: las modas cambian, la estética, pero no la esencia, la lucha de cada mujer se libra desde que el mundo es mundo y, supongo, y muy a mi pesar, nunca acabará.

—¿Qué crees que intentaba mostrar Tamara de Lempicka? ¿La belleza que estaba a punto de desaparecer? ¿La decadencia? ¿O la belleza sin más?

—La belleza, creo, era la excusa, un recurso estético más para la causa real de la creación. Creo que dentro de esa apariencia de ‘mujeres simplemente bellas’ había en sus intenciones mucho más. Mi interpretación de la obra de Tamara se basa en mostrar a un ser que detiene el tiempo, su época, su ciclo, su edad. El momento retratado encierra un pensamiento, un recuerdo, ‘saudade’. «¿En que piensas? Estabas a mil kilómetros de aquí». ¿Cuántas veces nos han dicho estas mismas palabras? Y puede que simplemente nos estuviésemos dando un capricho, de quizás, respirar en una misma y su mundo interior, nada más y todo a la vez.

—Pintas las imágenes. ¿Tienes algún punto de conexión con Ouka Lele?

—Siento una profunda admiración por su trabajo, pero me temo que la conexión termina ahí... ella podría, sí, tener más que ver con Lempicka que yo. Mi búsqueda de una identidad propia como fotógrafa pasa por «pintar» las imágenes, pero sólo bajo una razón puramente técnica, para conseguir ese aspecto pictórico que me apasiona. Yo considero a Ouka Lele una fotógrafa, pintora e incluso escultora espectacular, una artista con mayúsculas, completa. Yo, de momento, sólo soy fotógrafa .

—¿Quiénes te inspiran?

—En un sentido estético me inspira la historia del arte en general, y los mitos, las leyendas, la literatura, y el cine y sus joyitas ocultas. Pero la esencia de mi inspiración está en mis modelos que, a pesar de sacarlas a veces irreconocibles, son mis amigas, mujeres a las que adoro y admiro. A muchas de ellas las conozco desde hace muchos años, o directamente son familia, como mi hermana y mi madre, ambas artistas. Cada escena está, pues, inspirada en su modelo. «¿En qué piensan?» Ahora le toca al espectador contestar a esa pregunta...

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