«La vida de quienes padecieron la posguerra supera cualquier ficción»

A Nieves Concostrina la conocíamos sobre todo por su faceta periodística, como locutora en diversas cadenas radiofónicas. Por ejemplo, hasta julio de 2012 dirigió y presentó en Radio 5 el espacio Polvo eres , que alcanzó gran popularidad y del que surgió un singular libro homónimo en el que, entre otros extraordinarios epitafios, figuraba éste de Cistierna: «Estoy muerto. Enseguida vuelvo».

Pero esta madrileña también es una apasionada divulgadora y narradora que ha ganado varios premios y publicado media docena de títulos (entre ellos, Menudas historias de la Historia o Se armó la de San Quintín ) y que ahora se estrena como novelista con Antonia (editorial La Esfera de los Libros), obra que hoy presenta en el leonés Colegio San José-Agustinas (San Juan de Prado, 2), a las 20.00 horas y acompañada por el escritor Luis Artigue.

Aunque este es su sexto libro, «en realidad se trata del primero», avisa, porque es el primero que quiso escribir y que empezó a preparar hace más de diez años. «Lo que pasa es que los otros se me fueron metiendo por el camino», aclara. En todo caso, Antonia constituye, como define su autora, «una novela de verdades». De verdades muy duras. «Antonia, como tantísimas otras personas de nuestro entorno, me ha contado historias tremendas de necesidad, de miseria, de una infancia realmente desolada, pero también de valentía, de lucha desesperada por la supervivencia. A menudo escuchamos esas historias y pensamos que son ‘batallitas del abuelo’, pero después nos damos cuenta de que gracias a todo ese sufrimiento y esa lucha, nosotros, hoy, estamos aquí». Concostrina continúa explicando que la protagonista de su obra, una madrileña real, nacida en el barrio de Lavapiés en 1930, sufrió la detención de sus padres y la muerte, demasiado temprana, de su madre. «Su padre era el típico chulo, valiente solo cuando le amparaba el vino, y con la mano muy larga», describe. Llegó un momento en el que Nieves entendió que en la vida de Antonia «había una historia», y se dispuso a grabar su voz, documentar la época y por fin novelarla pero siendo perfectamente fiel a la verdad. «A veces no hay que inventar demasiado», incide la escritora, para quien esa vida de estraperlismo y supervivencia, de hambre y cartillas de racionamiento, supera cualquier ficción. «Antonia, con diez años, se apuntaba al colegio ella sola porque sabía que en el recreo daban una sardina y un chusco de pan», rememora.

Pero además considera que en nuestros días aún no hemos valorado suficientemente el sacrificio de aquellos hombres y mujeres, por eso con esta novela ha querido rendirles homenaje y extrapolar la vida de Antonia —quien aprendió a leer y escribir a los 65 años, con la democracia— como ejemplo de la de tantos otros españoles.

«Si yo hubiera sabido escribir no me hubieran pisado tanto», suele decir la Antonia real, que aún vive. «Y eso porque todo el afán de esta gente era que sus hijos pudieran acceder a una vida mejor, con estudios», dice Nieves, quien anima a todo el mundo a sacar a la luz estas historias «que nos ayudan a entender de dónde venimos». «En cada casa hay un ‘libro humano’», resume.

«¿Y se va a enterar todo el mundo de que he estado en la cárcel?», preguntó Antonia nada más acabar de leer la novela.

Lugar: Colegio San José (Agustinas).

Hora: 20.00.