Diario de León

Poesía

Margarita Merino: la poeta americana de León

Vuelve a León Margarita Merino y remueve acontecimientos y rescata el pasado. Es la poeta de lo que pudo haber sido pero es. Y tiene el aura de los grandes de la literatura. Dicen: lo hace todo bien. Escribir, hablar, leer, encantar.

CELEBRACIҎ DEL RECITAL " FULGOR Y CONCIENCIA. PALABRAS DE ORO " CON LA POETA LEONESA MARGARITA MERINO DENTRO DE UN RECITAL - REFLEXIҎ

CELEBRACIҎ DEL RECITAL " FULGOR Y CONCIENCIA. PALABRAS DE ORO " CON LA POETA LEONESA MARGARITA MERINO DENTRO DE UN RECITAL - REFLEXIҎ

León

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En el principio, no cuando empieza todo, está la poesía de Margarita Merino. Luego, una época de brillo en León y aledaños en la que es la enfant terrible de la poesía en España. Después, la vida. Y hasta hoy. O sea, que tiene todo el interés ahora la leonesa afincada en EE UU Margarita Merino. Parte de una saga que cuenta León desde la trascendencia de su hermano, el imprescindible José María Merino, la actual Ana Merino (sobrina) o, en el recuerdo anecdótico de León, Roberto Merino, uno del PCE aquí. Sea como sea, ocupa un ilustre puesto al lado de las grandes glorias literarias leonesas. Y vuelve a León y entre su fans es un clamor. Clamor, que casi duda de si vendrá o no, deseando que vuelva. Dirección: Letras en la Buhardilla. Viene.

«En lo literario, como en lo emocional, supone una alegría ambivalente porque León es mi tierra y la añoro más con el paso del tiempo. Pero ya no soy la misma. Me duele verla tan maltratada y en una autonomía no elegida en la que nunca debió estar sin consultar a los implicados. Y no se entienda esto como un sentimiento anticastellano, y sólo como observación puntual porque se le está arrebatando el oxígeno a León. Estancado en una comunidad cuyo actual gobierno, que en su insensibilidad e ignorancia de lo que vivimos en el mundo con la destrucción de la bioesfera y el calentamiento global, quiere rematarla, y su futuro, con mortíferas macrogranjas que se desmontan en países civilizados», explica Merino, lo que demuestra que sigue los avatares también estancados de que lo que le pasa a León no es culpa nunca de los leoneses. «Específicamente en lo literario, mi vuelta es una necesidad, porque no se conoce mi obra como poeta, ni como prosista, ni como columnista, ni como pensadora ¿idealista, crítica? del futuro de los jóvenes, ni como ser humano, con poquitas excepciones que agradezco. Y me va quedando poco tiempo. Yo sentía mucho afecto por los paisajes y los caminos de León y por muchas personas que me han olvidado. Es ley de vida dicen. Pero yo sigo recordando», afirma, lo que le lleva a una línea de pensamiento tal vez más reclamada por lo que ella fue y es sobre León.

Tenemos que parar

«A lo que la voz que me levantaba, me radiografiaba el mundo y me acompañaba en las singladuras y peripecias, siga viva, y a estar en armonía con lo que quiero ser sin luces ni taquígrafos. El viaje poético siempre ha ido al reconocimiento personal y de lo aledaño, incluso cuando estaba hondamente teñido de melancolía por el dolor de tanto desafecto en un mundo a veces irreconocible porque lo ha destruido la ambición insaciable de todo tipo. Tenemos que parar», afirma y es casi un relato.

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