Diario de León

LA IGLESIA SE RENUEVA

El retablo que tardó 70 años en llegar a Renueva

Construida en 1953 con la portada del monasterio de Eslonza, ahora logra tener un retablo en el altar

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León

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La historia tiene, a veces, extrañas coincidencias. La iglesia de Renueva se inauguró en 1953. Este mes, exactamente 70 años después, cumplirá un sueño pendiente desde entonces: un retablo bajo el colosal arco del altar. La construcción del templo dejó menguadas las arcas del Obispado, así que se colocó un crucifijo del siglo XVI, a la espera de conseguir un retablo. Eran los tiempos en los que las obras de arte se desmontaban de algunas iglesias para ‘vestir’ otras. Los años fueron pasando y parecía que el crucificado y las imágenes de San José y la Virgen del Carmen se quedarían para siempre, ‘escoltadas’ por los dos retablos laterales, de la época de la iglesia, de estio neoplateresco.

Jenaro Barreales, el cuarto párroco de Renueva desde 1953, se propuso, cuando llegó a León desde Sahagún, conseguir el anhelado retablo. Decidió ahorrar las colectas de los fieles, como una ‘hormiguita’. Sin embargo, esta iglesia en lo alto de una escalinata casi romana, que algunos turistas despistados confunden con la Catedral, tenía otras urgencias.

Empezar por el tejado

En 2016 el párroco se vio obligado a invertir todos los ahorros en renovar las cubiertas y la descomunal cúpula de pizarra. Un trabajo laborioso que se prolongó durante diez meses y costó 500.000 euros. «Teníamos ahorrados 100.000 euros y se ha pedido un préstamo, pero todo lo demás lo hemos reunido gracias a aportaciones y donativos de los fieles», explicó entonces Barreales. Además de sustituir la cubierta al completo, en la primera gran restauración de Renueva desde su construcción, se remozaron también las paredes, pintaron el interior y modernizaron la instalación eléctrica.

Las arcas de la parroquia se quedaron vacías, pero Barreales no se desanimó y decidió seguir ahorrando. Un sacerdote que sabía los desvelos del párroco de Renueva por conseguir un retablo le habló de la artista de Simancas Elena Giménez Balmori. «La llamé de inmediato. Me dijo que podía pintar el retablo, pero que le llevaría tiempo. Se comprometió a hacer una obra al mes». Han pasado dos años y el retablo está casi listo. El 25 de este mes —un día después de la festividad de San Juan— el obispo inaugurará el retablo de la iglesia que se llama también de San Pedro desde 1953. La primitiva iglesia de San Juan de Renueva estaba situada frente a la estación de Feve y fue derribada en 1946. La nueva, por deseo del obispo Almarcha, artífice de la construcción de este templo diseñado por Juan Crisóstomo Torbado, está dedicada, además, a San Pedro. Era un homenaje al monasterio de San Pedro de Eslonza, del que se desmontó la portada barroca, piedra a piedra, y se volvió a montar en la fachada de Renueva.

Curiosamente, la portada de Eslonza, erigida en su lugar original en 1711 por el famoso arquitecto fray Pedro Martínez de Cardeña, tiene forma de retablo.

La artista Elena Giménez Balmori comenzó en marzo de 2021 el monumental encargo de Barreales. Primero pintó, a modo de prueba, la Anunciación de la Virgen. «Me gustó y le dije que siguiera». El párroco le dio la idea: un retablo con los misterios del rosario. «Será así uno de los pocos retablos del mundo —si es que hay otro— con los veinte misterios, ya que los luminosos fueron añadidos por el Papa Juan Pablo II en 2002».

El Grial ‘intruso’

El retablo está formado por una veintena de cuadros, de 162 por 133 centímetros, los más pequeños; y 225 por 163, los grandes. Barreales califica el conjunto como «moderno y realista». «Son cuadros piadosos, cuya intención es dar a conocer la vida de Jesús y de la Virgen», explica.

Modelos reales han posado para la artista, que ha ‘colado’ algunos guiños en sus óleos, como el cáliz de Doña Urraca en la escena de la Última Cena; o las torres de iglesia Renueva, como paisaje de fondo en la imagen de la Trinidad con San Juan y San Pedro.

No es la primera vez que Giménez Balmori aborda temas religiosos. En 2018, bajo el título Silencio y misterio en las calles de Valladolid , expuso un conjunto de obras relacionadas con la Semana Santa. La artista tiene colgados en su facebook varios retratos de Juan Pablo II y de Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

La artista, decoradora de profesión, ha colocado en el centro del retablo una gran cruz dorada.

El conunto ha costado 250.000 euros, aportados por los feligreses. «No hemos pedido ninguna subvención», aclara el párroco, que confiesa que aún falta una pequeña cantidad —que espera cubrir con más donativos—, para acabar de pagar el encargo.

Los fieles han podido ir viendo, en ‘exposiciones temporales’, lotes de los cuadros de cinco en cinco, según los iba terminando la autora. El altar, parcialmente cubierto ahora por plásticos, está pendiente de algunos remates. Faltan por colocar las letanías, en letras doradas, alrededor del sagrario, y una nueva iluminación.

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