«El run run cultural leonés es un oasis»

A Joaquín Alegre (León, 1962) se le puede ver vendiendo libros (los de su Editorial Rimpego), comprándolos o transportándolos. Más difícil, o solo lo necesario, en reuniones en las alturas, porque él cree en el mundo del libro de abajo hacia arriba: «El run run cultural leonés es un oasis. No creas que se da en muchos sitios», afirma. A partir de ahí, surge su teoría de que son esos entusiastas lectores anónimos, seguidores de lo que ocurre en la provincia tanto a nivel literario y escritores como del mundo editorial, los que impulsan la fama del León librero y literario que trasciende a nuestras fronteras.

Por todo ello, hablar con Alegre es un paseo intenso por nombres históricos o actuales, por temas aparentemente manidos o tan tratados que parecen no admitir una vuelta, y que él se las da. O abordar en su conjunto el estado actual del mundo editorial: «Malo. El de las editoriales pequeñas es muy malo. Y yo no sé si la gente quiere ser consciente de todo lo que se está perdiendo», afirma, además de contar dos o tres casos concretos en los que su distribución no solo es que haya bajado sino que asegura que se ha quedado en cero.

Pese a ello, este biólogo, al que el veneno editorial se le quedó para siempre inoculado en sus dos décadas en Edilesa, una vez contadas las peripecias actuales, comienza a sacar libros de su chistera en forma de bolsa y, por resumir, se llega a hablar del Cid, de doña Urraca o de cómo enseñar en la actualidad ortografía a los que se les atragantan esas palabras que son un todo o nada a la hora de escribir bien.

Libro de la editorial Rimpego. DL

Como es de los que le gusta demostrar con hechos sus convicciones, anda ahora Joaquín Alegre entusiasmado con un libro como Historia oculta, enigmática y heterodoxa de León , de David Gustavo López. «Mirar al pasado resulta siempre comprometido», reza la contraportada del libro. Y esa es una de las máximas que suma Rimpego. Aunque de paso también explica: «Si Rimpego tuviera una divisa esa bien sería la de que lo universal es lo local sin paredes».

Así se puede llegar a la consideración nada exgerada de que Joaquín Alegre realiza una labor renovadora de la literatura y los libros leoneses, pero partiendo de la materia prima de siglos de historia. Es decir, que no se trata de romper nada, sino a veces de recomponer, y otras veces de indagar e investigar.

La hazaña actual, en el caso de Joaquín Alegre, es mantener la filosofía de Rimpego: «Me gusta decir, con orgullo, que somos una editorial pueblerina. Que nos preocupamos por muchos temas, pero prestamos atención a los de aquí», asegura. «Y somos como esas panaderías de los pueblos a los que vas y compras esas rosquillas únicas que no vas a encontrar en ningún otro sitio... Pues en parte es lo que quiero con nuestros libros. Por eso cuidamos mucho las ediciones, la tipografía, que el alma de esos libros se refleje en el objeto que luego son», relata. Y hace recordar una frase anterior en la que aseguraba que la edición le había atrapado sin remedio. Y de repente aparece por la calle Máximo Gómez Rascón y un saludo de pasada y a distancia se va convirtiendo en un recuerdo de libros y de encuentros que hacen que Alegre tire el lazo. Puede que en cualquier momento la cita concertada en ese momento se convierta en una publicación que repase acontecimientos desconocidos o ya sabidos, pero bajo la pasión literaria de alguien que aun cree en el poder de un libro.