Diario de León

Obras

San Isidoro luce por fuera su imagen futura

La finalización de las obras del museo son perceptibles en el exterior y se espera que en diciembre estén culminadas

León

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Si llegara el final del todo, ahí estaría la basílica de San Isidoro luciéndose como un brillo de piedra. Encierra un museo que en cualquier otro sitio sería visita emblema para todos los que quieran presumir de León tengan o no ocho apellidos cazurros. Pero resulta que aún, este centro museístico permite el placer de descubrírselo incluso hasta algunos de los de aquí, de toda la vida. Las obras que se realizan en torno al museo, y por las que vela con pasión, no solo ella pero sí al mismo nivel máximo, Raquel Jaén como directora, harán que el recinto gane tantos metros cuadrados que sería irreconocible si no fuera porque los tesoros que encierra son también historia terca, de la buena e inamovible.

Como el siglo XXI a San Isidoro le pilla en esplendor, lo que se hace en su entorno mejora sin injerencias en su filosofía arquitectónica y su majestuosidad visual. Eso sí, los efectos del covid se apreciarán cuando el museo abra sus puertas de cara al público.

La finalización de las obras del museo son perceptibles en el exterior y se espera que en diciembre estén culminadas. La pretensión inicial era que a lo largo del próximo mes de octubre quedaran finalizadas para poder pasar entonces a la musealización, y a lo que supone una ambiciosa ampliación de dos mil metros cuadrados.

Remate final

La musealización se realizará en 2021, como estaba prevista, llegando a tiempo al Año Jacobeo

Los efectos de la pandemia han retrasado esa finalización hasta diciembre. En este sentido, la propia Jaén resaltaba que al tratarse el 2021 de Año Jacobeo, la planificación se estaba planteando en función de una conmemoración tan emblemática, tanto para León y provincia, como para la propia San Isidoro.

Con todo, y pese al retraso, se espera que se puedan acometer todos los trabajos y lograr que el año santo tenga en la basílica el espacio y veneración que, por supuesto, ambos se profesan.

La propia logística y funcionamiento del Museo de San Isidoro también se ha visto afectada por la crisis del coronavirus y se apreciará por tanto cuando se vaya recuperando la supuesta normalidad.

Así, Raquel Jaén explicaba ayer que la aplicación de las nuevas normas ha supuesto la implementación de medidas tanto de seguridad y prevención como de dispositivos electrónicos. La anulación de las visitas guiadas implica por tanto que se busquen alternativas para que los visitantes no se pierdan la información clave de todo lo que van viendo en su recorrido por el museo y lo que serán las nuevas dependencias.

En este sentido, posiblemente en el mejor de los recuerdos quedarán las últimas visitas guiadas, como capacidad de reacción de los responsables del centro tras los meses de encierro y que supusieron un balón de oxígeno cultural como una de las primeras grandes actividades que se recuperaron en León.

Así, fueron 1.056 visitantes leoneses quienes pudieron ver el museo durante una semana, eso sí, ya con mascarilla, y que permitió volver a respirar de cerca la cultura más excepcional relativa a León que uno se pueda encontrar.

Raquel Jaén anunciaba entonces ya el recorte de visitas y de grupos, que había quedado reducidos a 12 personas, con la intención de pecar de prudencia ante la tentación de dejarse llevar por el entusiasmo. Ya de aquella, Jaén remarcaba el cambio a lo grande para que San Isidoro siga siendo igual de imponente: ««Lo cierto es que se trata de una rehabilitación bastante considerable, porque pasará de los mil metros cuadrados con los que contamos en la actualidad, a un museo de tres mil metros cuadrados». Por tanto, crecer y seguir siendo obra de arte.

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