Diario de León

Balonmano

Del Ademar a Europa para poder triunfar

La pérdida de prestigio de la Asobal, cada vez más devaluada a nivel económico y deportivo, obliga a las estrellas nacionales del conjunto leonés a buscarse el futuro lejos de España

León

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No hay dinero. No al menos el suficiente como para retener por mucho tiempo a las estrellas del Abanca Ademar ni ahora tampoco ya a los jugadores emergentes. Y no, no es un problema único del conjunto leonés sino más bien un mal que se extiende a lo largo y ancho de la Liga Asobal —Barcelona al margen—. Francia, Alemania, Portugal, Polonia... casi cualquier país europeo sirve para darle un empujón definitivo a sus carreras. Algunos pasan a cobrar tres veces más incluso en categorías inferiores. Pero no solo prima el dinero. También ansían títulos, disputar la Champions, competir de tú a tú con vacas sagradas y colarse —quizás— entre los elegidos que acuden a un gran torneo con la selección española.

En apenas cuatro temporadas el conjunto ademarista ha visto cómo se esfumaban referentes de la talla de Nacho Biosca, Juanjo Fernández, Rubén Marchán, Natán Suárez, David Fernández, Mario López o más recientemente Jaime Fernández y Gonzalo Pérez, entre otros. Todos buscaron suerte más allá de nuestras fronteras aunque algunos como David o Juanjo estén de vuelta por ahora.

La fuga de cerebros viene de lejos, de hace más de una década, cuando la crisis inmobiliaria golpeó el balonmano español con puños de hierro. Desde entonces el goteo es continuo y la hemorragia tiene difícil solución. El presupuesto del Ademar para esta temporada rondará los 1,2 millones de euros —una cifra similar al del anterior— de la que más del 50% se destina a sueldos de los jugadores. El PSG tiene 17,4 millones. Y la media en el continente es de entre 3 y cuatro millones mínimo. «Contra eso es imposible competir», advierte siempre Cayetano Franco, presidente de la entidad marista. De poco sirve que los jugadores firmen contratos largos o que sus cláusulas de rescisión sean más o menos elevadas. El Wisla pagó este verano los 15.000 euros que pesaban sobre Gonzalo Pérez, al que en principio le quedaba esta temporada. Una ‘propina’ para el club polaco, que sin embargo se lleva a uno de los máximos goleadores de la Asobal y el hasta hace nada líder del Ademar León. Ya en el escaparate está un joven Antonio Martínez, que de seguir con esa progresión pronto atraerá a numerosas ‘novias’.

Desde el club insisten en que el problema no es tanto que terminen por marcharse —el Ademar siempre ha sido un club trampolín para numerosos deportistas— sino que cada vez lo hacen antes. «No hay manera de frenarlo». ¿O puede que sí?

La conversión de Asobal en una Liga Profesional —algo que se producirá a partir de la 2023-24— puede darle un balón de oxígeno a los clubes españoles. «Tendremos autonomía para negociar los derechos televisivos y quienes lo deseen también podrán convertirse en sociedades anónimas deportivas», recuerdan a este periódico fuentes de la Asobal. El Abanca Ademar, sin ir más lejos, fue uno de los primeros en interesarse por las ventajas e inconvenientes que tendría transformarse en SAD. «Se abre la puerta a que pueda entrar más capital externo».

Sea como fuere, la profunda herida que sufre la Asobal no cicatrizará pronto y mientras tanto Europa se nutre de las estrellas ‘made in Spain’.

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