Diario de León

La zurda de oro de Nadal derrota a Moyá en el duelo en la cumbre

El joven prodigio mallorquín se enfrentará hoy a mediodía en la final a Fernando Verdasco

Moyá puso sobre la pista detalles de su mejor tenis pero acabó cediendo frente a la pujanza de Nadal

Moyá puso sobre la pista detalles de su mejor tenis pero acabó cediendo frente a la pujanza de Nadal

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Georgino Fernández - león
León

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Era el duelo en la cumbre, la cita obligada para ver a dos de las mejores raquetas del circuito, el enfrentamiento más esperado. Por eso, cuando el speaker anunció la segunda semifinal de la noche gloriosa del tenis leonés, la que iba a poner frente a frente a Carlos Moyá y su más que posible sucesor, Rafael Nadal, el joven prodigio de 18 años, el Palacio de Deportes retumbó y se estremeció. Las más de cinco mil personas que lo llenaban, puestas en pie, aplaudieron y vitorearon la entrada en la pista de los dos reyes de la noche. Decenas de flashes los saludaron desde los graderíos, asemejándolos una tormenta continua de relámpagos. Era el fulgor de las dos estrellas. Mallorquines ambos, tienen un look muy parecido. Cinta en el pelo y camiseta granate sin mangas. Ayer noche, sin embargo, los diferenció el espíritu. Moyá es un tenista consagrado, ha sido número uno y ha ganado Roland Garros. Nadal, está ascendiendo. Quiere llegar a ser el mejor y se le nota. Por eso pone el alma en cada golpe, juega agresivo, sube a la red como un puma y remata los puntos con instinto asesino. Si a ese «hambre» que tiene por ganar se le une su talento, que lo tiene también y a raudales, se hallará la clave de porqué ayer ganó a Moyá y hoy será el justo finalista del Master frente a Verdasco. Por eso y porque buscó el revés de su paisano, tal vez su punto más debil de forma insistente. Los dos jugadores dieron una lección de tenis en el primer set con golpes de todo tipo que levantaron más de un «¡oh!» de admiración. Dejadas, globos, paralelos, derechas demoledoras, reveses cruzados, golpes a contrapié.... En definitiva, tenis del bueno. Ya no era el saque-bolea de la eliminatoria anterior. Aquí había juego de muñeca, talento para ajustar la bola amarilla a las líneas y a las esquinas de la pista. Y es que cuando dos fenómenos así coiniciden en una cancha el tenis se convierte en arte. Deja de ser una competición a ver quien saca más rápido. Así, con el público gozando, Nadal se impuso por 6-4 de forma relativamente cómoda en media hora de juego. Rompió una vez el servicio de Moyá y le bastó. La eliminatoria empezaba a estar encarrilada. El segundo fue mucho más igualado, hasta que con un 4-4 en el marcador, Rafael Nadal rompió el saque de su rival con una gran dejada a contrapie que hizo el 5-4. El siguiente también fue suyo. El personal más jovén comenzó a aclamarle viéndole ya finalista. En el set siguiente, hizo maravillas consus subidas a la red que Moyá era incapaz de contrarrestar desde elfondo de la pista. Sacó con la regularidad y agresividad que le caracteriza y sólo permitió que su paisano hiciese un punto. De nuevo ganó por seis a cuatro y con justicia Nadal disputará hoy la final del Master Ciudad de León al madrileño Fernando Verdasco. Tras rematar la faena en apenas una hora y cuarto, el nuevo prodigio del tenis hispano salió de nuevo a pista para agradecer el apoyo de un público que, de forma mayoritaria, estuvo con él un poco más que con Moyá. Y otra vez el Palacio de Deportes vibró, consciente de que había asistido -y también disfrutado- de una noche de tenis de alta escuela. Para degustarla a pequeños sorbos, como el buen vino.

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