lo que tremor esconde
Como cualquier pueblo de montaña, Tremor de Arriba (Igüeña) tiene mucho que ofrecer a quienes buscan una naturaleza pura, salpicada de rutas y grutas, cabañas pastoriles, robles, acebos y cumbres; con todos los servicios básicos y viviendas que el propio Ayuntamiento tiene en venta a un precio más que asequible
Grutas inexploradas y otras más conocidas, como la Cueva de la Tijera en el paraje del mismo nombre; cabañas pastoriles que se han convertido en refugio perfecto para los montañeros, picos como el Suspirón y Arcos de Agua; y una naturaleza virgen abierta
H abrá a quien pensar en Tremor de Arriba le lleve directamente al carbón. No se equivoca. Por las venas de esta localidad perteneciente al municipio de Igüeña y las de sus propios vecinos corre sangre minera. Pero con la capitulación de la minería, Tremor, como otros muchos pueblos sustentados durante décadas por el negro mineral, ha de mirar al futuro y, tras la ventana, el horizonte termina en la montaña de enfrente, en la cumbre que se ve a lo lejos, en los robledales (algún ejemplar con un tronco de hasta seis metros de diámetro) y acebales que pueblan sus valles, en la xistra que da nombre a la Sierra de Gistredo, en las cabañas ganaderas construidas con aplomo que hoy se han convertido en refugio de montañeros, como el Chanetón y las de Aguilar y Los Currillos. Tremor de Arriba también es naturaleza y lo es por sus cuatro costados.
El valle de Fuiñas, la cueva Tijera, los picos Suspirón (1.850m) y Arcos de Agua (2.060m), el monte Peñafurada, donde hay una ermita que cada 15 de agosto se convierte en lugar de peregrinación. Estos y otros muchos son los atributos naturales de un pueblo minero, sí, pero de montaña, también. Y como tal, con todas las posibilidades que cualquier pueblo de sus mismas características ofrece a quien ama la naturaleza virgen y busca desconectar para conectar con el entorno.
Tremor cambia el negro por el verde y lo hace sin perder un ápice de su identidad y manteniendo todos sus servicios: hostelería, farmacia, consultorio médico con urgencias las 24 horas del día, banco, piscinas con bungalows, colegio, polideportivo... ¿Qué más se puede pedir?¿Vivienda asequible? También la hay. El Ayuntamiento de Igüeña tiene disponibles más de una treintena de pisos de titularidad municipal con un precio final de 3.800 euros. Muchas personas de fuera, de lugares tan dispares como Madrid, Salamanca o el País Vasco, han empezado a comprar para tener un pueblo al que siempre podrán volver para encontrarse.
Otro de los puntos fuertes de Tremor de Arriba es que se encuentra a tan sólo cuatro kilómetro del circuito permanente de trial de Probladura de las Regueras; además de estar muy bien comunicado, a tan sólo diez minutos de la salida de la A6 de Folgoso de la Ribera. Sus posibilidades cinegéticas y para la ganadería de alta montaña también puntúan en favor de un pueblo que no es ajeno a las leyendas. Como la que rodea a la cueva natural de la Tijera, un día utilizada por los moros y la más conocida de una red de grutas aún por explorar que confieren una singularidad todavía mayor a los montes de Tremor.
La Junta Vecinal de esta pedanía de Igüeña ha empezado ya a dar los primeros pasos de la nueva era verde de Tremor de Arriba colaborando con el l primer Trail Zapallobos que celebró el pasado mes de junio bajo la organización del Club Deportivo Municipal de Montañeros El Aguzo, ha sido un éxito, con la participación de más de 300 personas. Un resultado que avala su repetición en años venideros, como escaparate perfecto para descubrir lo que el entorno ofrece también a los amantes de este deporte, que son muchos, y a cualquiera que quiera disfrutarlo. «Regalamos naturaleza. ¡Ven y disfrútala!» es el lema de El Aguzo y perfectamente aplicable a la realidad de Tremor.
Ahora es el momento perfecto para redescubrir Tremor, para huir de los clichés, para mirar a un futuro que huele a naturaleza.