Diario de León

Con tres millones de parados, España busca trabajadores

El Gobierno se atasca en solucionar una escasez de mano de obra al alza que se agravará en el futuro si no se pone remedio

La ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ayer en Barcelona. QUIQUE GARCÍA

La ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ayer en Barcelona. QUIQUE GARCÍA

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El principal problema económico de España, el desorbitado número de parados que no se terminan de reducir ni en los periodos de bonanza, puede dar paso a otro que hasta ahora era prácticamente desconocido: la falta de mano de obra.

Hay escasez de trabajadores pero ya no solo en determinadas actividades, más especializadas, sino en un gran número de sectores y oficios, cada vez más numerosos, que pueden poner en riesgo el resurgir de la economía española y el desplegar de los fondos europeos.

Hacen falta ingenieros, médicos, enfermeros, informáticos, analistas de datos, programadores, matemáticos pero también camareros, cocineros, mozos de almacén, transportistas, inspectores de Trabajo y de Hacienda, temporeros, electricistas, capataces, encofradores, carpinteros, gruistas, técnicos de mantenimiento, fontaneros, instaladores, peones industriales, carretilleros, prensistas, pintores, palistas, soldadores, técnicos de laboratorio, teleoperadores.

Muchas empresas, principalmente las pequeñas y medianas, que son las que tienen menos capacidad a la hora de buscar y atraer talento, están afrontando serias dificultades a la hora de encontrar los profesionales que necesitan.

Es más, son más de la mitad de las compañías las que reconocen tener problemas a la hora de reclutar talento, según un informe publicado por Addeco Group. E incluso un 80% de las posiciones de las empresas tecnológicas se quedan sin cubrir o sus procesos se alargan en exceso, según datos de Manpower Group.

Se duplican las vacantes

La cifra de vacantes en España se ha duplicado con fuerza en apenas seis años, pasando de ser poco más de 68.000 en 2016 a las casi 144.000 en la actualidad, según cifras del INE del tercer trimestre de 2022. Son los únicos datos oficiales que existen en esta materia y no parecen demasiado realistas a la vista de que un reciente informe elaborado desde el Ministerio de Seguridad Social cifra en 61.500 los puestos de albañiles que están vacantes, 24.000 peones de construcción de edificios, 12.000 electricistas o 12.000 encargados de obras.

Cierto es que este problema no es único en España. Al contrario, según datos de Eurostat, España es el país que menos sufre este fenómeno de escasez de mano de obra, con apenas. Esto, lejos de ser un alivio, dificulta la resolución del problema, puesto que también es complicado encontrar perfiles fuera de nuestras fronteras y, además, la competencia para la captación de talento es feroz entre países, más ahora con el teletrabajo en auge. De hecho, cada vez más estados comunitarios buscan trabajadores extranjeros para paliar sus déficit y aprueban normas para facilitar su entrada, con Alemania a la cabeza.

Y en eso trabaja también el Gobierno español. De hecho, el Ministerio de Seguridad Social tiene preparado un plan para actualizar el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura con 31 nuevas profesiones, todas del sector de la construcción, con perfiles muy concretos como son encofradores, escayolistas, carpinteros, albañiles, fontaneros, electricistas, capataces, montadores, encargados de obra, instaladores, gruístas que no se consiguen cubrir entre los nacionales y se necesitan para ejecutar fondos europeos. «La necesidad de mano de obra en la construcción es acuciante», denuncia Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), que advierte además que los fondos europeos ya están llegando y se irán necesitando más trabajadores para desplegarlos. Por eso Alén defiende trabajar al unísono tanto en facilitar la contratación en otros países, como en la formación de trabajadores españoles, con un plan de choque para desempleados, mujeres y jóvenes.

Oposición en el Gobierno

Sin embargo, la negociación para contratar extranjeros está bloqueada dentro del propio Gobierno, con una férrea oposición por parte de Unidas Podemos, y también en la mesa del diálogo social, con UGT abanderando una posición «militantemente contraria» a traer inmigrantes al país que cuenta con tres millones de parados y tiene una tasa juvenil del 31%, a la cabeza de Europa. «No nos vamos a sumar a esta moda facilona que acabará diciendo en poco tiempo que en España la gente no quiere trabajar», advirtió la pasada semana el secretario general de este sindicato, Pepe Álvarez, que exige formar a los parados para estos puestos y ofrecer salarios y condiciones dignas. Desde el departamento liderado por José Luis Escrivá sostienen, no obstante, que prosiguen las negociaciones dentro del propio Ejecutivo e intentarán aprobarlo lo antes posible.

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