La que vendrá tras las nevadas

Los vecinos de los pueblos del norte de la provincia aún siguen peleando con las toneladas de nieve, más bien ya de hielo, asentadas en sus calles tras el paso primero de Bella y después, más suave para León, de Filomena. La hecatombe en Madrid restó protagonismo a nuestras cumbres en las noticias nacionales pero estas nevadas de enero volverán a reclamar atención cuando comience el deshielo y los ríos bajen desenfrenados. La cuestión es si nos hemos olvidado o no de las estampas y los daños que hace apenas un año, a finales de 2019, nos dejaron las crecidas. En estos tiempos inciertos, también meteorológicamente hablando, habrá que estar bien prevenidos y con los deberes cumplidos para afrontar cualquier borrasca que se nos presente. Los cauces deben estar bien atendidos —ojo, que nadie habla de arrasar las riberas— pero la Confederación Hidrográfica del Duero tiene que estar alerta y escuchar a los ayuntamientos que conocen como nadie cómo de revueltas pueden bajar sus aguas.