Los bomberos se quedan sin agua para apagar el superincendio de Málaga
Las llamas devoran 8.000 hectáreas y las balsas de agua para los hidroaviones se agotan
La lluvia ha venido en auxilio del casi millar de personas que se afanan en extinguir el incendio voraz que arrasa desde la noche del miércoles pasado Sierra Bermeja (Málaga). Las brigadas de extinción han conseguido contener las llamas en algunos frentes, aunque el fuego sigue devorando masa forestal por doquier. Según el director del Centro de Operaciones Regional (COR) del Plan Infoca, Juan Sánchez, ya han caído devastadas 8.000 hectáreas en lo que es el primer incendio de sexta generación que tiene una incidencia importante en España, que se caracterizan por su voracidad y peligrosidad. De hecho ya ha muerto un bombero. Están vinculados al cambio climático y son capaces de generar su propia meteorología. La violencia del fuego crea potentes columnas de aire caliente que desprenden tanta energía que son capaces de producir sus propias nubes o tormentas (pirocúmulos). Si esa nube explota, la bolsa de brasas puede descargar todo el material incandescente, de modo que se extiende el fuego de forma abrupta. Su evolución impredecible los hace muy difíciles de apagar.
Las precipitaciones no apagarán por sí solas el fuego, que ha obligado al desalojo de 2.670 personas. El problema estriba en que las elevadísimas temperaturas que se registran en la zona impiden que el agua llegue al suelo.
La irrupción de una borrasca ha incrementado la humedad atmosférica, lo que se espera contribuya a atajar los 90 kilómetros de perímetro que alcazaba a mediodía de ayer el incendio. 51 medios aéreos se esforzaban por aplacar la catástrofe. Efectivos de comunidades como Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura se han unido a las labores de extinción en las que también trabaja desde el domingo la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Los bomberos se toparon ayer con una dificultad añadida: el agotamiento de las balsas donde hidroaviones y helicópteros se proveían de agua. Por añadidura, un helicóptero Superpuma de la flota del Infoca sufrió un accidente cuando participaba en los trabajos. La aeronave tuvo que hacer un aterrizaje forzoso al tocar ligeramente su rotor de cola un árbol. El vehículo transportaba a 19 técnicos que salieron ilesos del percance.
Miembros de la Guardia Civil mantuvieron cortados los accesos a las carreteras que recorren la Sierra Bermeja y están trabajando en labores de búsqueda de personas en cortijos que pudieran encontrarse dispersos por el monte.
El desastre de Sierra Bermeja progresa lenta pero inexorablemente hacia la costa. Las arenas de las playas de Marbella aparecieron ayer tiznadas de la ceniza que transportaban las olas. Las llamas han dejado una herida en el monte como una cicatriz oscura que se extiende de este a oeste. El humo que desprenden las brasas pinta el paisaje de un campo de batalla carbonizado. Los vecinos de los montes de la Acedía y el Duque, cuajados de pinos y algarrobos, temían que pronto se convirtieran en una antorcha. El bombero Julián Moreno se felicitaba de que al menos se haya podido salvar el pinsapar de Los Reales, de alto valor ecológico.