Diario de León

El fiscal general se salta las trabas y coloca a Delgado al frente de Memoria Democrática

La decisión de García Ortiz choca con la oposición frontal de la mayoría de la carrera

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Contra viento y marea e ignorando por completo las críticas de la mayoría de la carrera. El fiscal general del Estado desató este jueves una crisis sin precedentes en el seno del Ministerio Público al imponer el nombramiento de su amiga y predecesora Dolores Delgado al frente de la nueva Fiscalía de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática.

Álvaro García Ortiz durante el tensísimo Pleno del Consejo Fiscal (CF) de ayer hizo oídos sordos antes las críticas de siete de los doce miembros del órgano de gobierno a la polémica propuesta de nombramiento: desde la falta de experiencia de Delgado para el puesto, pasando por el conflicto de intereses que supone ser la pareja sentimental del exjuez Baltasar Garzón, ahora reinventado como abogado de Derechos Humanos.

De nada sirvieron los encendidos discursos en contra de la designación de Lola Delgado de los seis representantes en el CF de la mayoritaria y conservadora Asociación de Fiscales (AF) y del miembro de Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (Apif). Los siete, finalmente, se negaron tomar parte en una votación que, en cualquier caso, no iba a ser vinculante.

Los siete insistieron en la falta de idoneidad de Delgado (exdiputada del PSOE y ministra de Justicia de Pedro Sánchez entre junio de 2018 y enero de 2020) para encabezar una fiscalía especial que va a supervisar la aplicación una de las leyes estrechas del actual Gobierno. También abundaron en el argumento de que la exfiscal general del Estado no es, ni mucho menos, la mejor preparada en Derechos Humanos, ya que hay perfiles como el de Carlos Castresana, excandidato a fiscal jefe de la Corte Penal Internacional o fiscal del caso Pinochet; muchos más aptos para ese puesto.

Igualmente plantearon la mala imagen para la institución que supondría que el fiscal general del Estado impusiera la designación de su amiga y excompañera en la Unión Progresista de Fiscales (UPF), cuando fue ésta la que en el pasado julio, cuando abandonó la Fiscalía General del Estado por motivos de salud, aupó al propio García Ortiz como máximo responsable de la institución, favor que éste le ‘devolvió’ dándole un ascenso y nombrándole como fiscal del sala Militar del Supremo, una designación igualmente polémica y que ha sido recurrida.

Los siete críticos también afearon el hecho de que el pasado enero Delgado asumiera de facto —vía decreto— las funciones de fiscal de Memoria Democrática ha participado codo con codo en varios eventos de defensa de Derechos Humanos con su novio Garzón, que ahora es también empresario como administrador único del despacho Ilocad.

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