Diario de León

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo pugnan por las clases medias ante la crisis

El 61,5 % de los votantes en España se posiciona en este rango social y sólo un 10% se autoubica como trabajadora

Alberto Núñez Feijóo. RODRIGO JIMÉNEZ

Alberto Núñez Feijóo. RODRIGO JIMÉNEZ

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En un contexto de crisis económica, y cuando queda aún más de un año para las elecciones generales, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, luchan por atraer a las clases medias y trabajadoras, tensionadas por el encarecimiento de la vida.

Tras la irrupción de la invasión de Ucrania, ante una economía ‘de guerra’ y con los comicios andaluces en el retrovisor, PSOE y PP modulan sus mensajes de cara a un curso marcado por las elecciones autonómicas y locales de mayo, punto de inflexión antes de las generales de diciembre de 2023.

Feijóo lidera las encuestas y la coalición de Gobierno se enfrenta a la desmovilización de su electorado, patente en el último barómetro del CIS, de julio, en el que solo el 63 % de quienes apoyaron a PSOE y Unidas Podemos volvería a hacerlo, una cifra que contrasta con el 86,9 % de los populares que sí votaría al PP.

El 61,5 % de los votantes en España se considera clase media o clase media-baja; sólo un 4,8 % se autoubica como clase media alta, y la etiqueta de clase trabajadora la emplea un 10,3 % de los votantes. En este contexto, el presidente del Gobierno respondió al varapalo andaluz con medidas netamente de izquierdas, como topar precios o anunciar nuevos gravámenes a la banca y las eléctricas. Y en el verano ha puesto en marcha una nueva dialéctica: la «gente» frente a los «poderosos», junto a los que coloca al PP.

Amparado bajo esta idea, el PSOE ha lanzado la campaña ‘El Gobierno de la gente’, en la que Sánchez protagonizará una treintena de actos a pie de calle por toda España.

El líder socialista ha verbalizado de distintas maneras las críticas a Feijóo, de quien ha dicho que es «dócil ante los intereses» de las grandes empresas que, asegura, le han puesto al frente del PP, un partido al que sitúa junto a «la derecha económica y mediática» que se afana en defender «sus intereses minoritarios y particulares», los de «unos cuantos poderosos».

Fuentes socialistas indican que la meta es «desmontar al personaje Feijóo» por la imagen de moderación que proyecta entre ciertos sectores y que juzgan contraria a la realidad. Sánchez ha puesto en duda tanto su capacidad de gestión como sus intereses, al preguntarse si actúa con «insolvencia» o «mala fe».

Glosan los socialistas el rechazo del PP al incremento del salario mínimo —aunque Feijóo se limita a reclamar un acuerdo con los empresarios— el no a la indexación de las pensiones con el IPC o el rechazo a la intervención del mercado energético. Tachan a Feijóo de «catastrofista y negacionista» y recuerdan que la receta de austeridad de la anterior crisis está ahora caduca.

A las grandes empresas

Las alusiones a las grandes empresas completan el mensaje; Sánchez les ha dicho que no permitirá que se lucren con la crisis «por muy poderosas que sean, por mucho control que tengan ante algunos medios de comunicación, por muy estrechos que sean sus parentescos con tal o cual político o por muy ilustres que sean sus apellidos».

Sin embargo, esta nueva ofensiva no preocupa al Partido Popular. Génova considera que Sánchez sufre el ‘síndrome de la Moncloa’ y está disociado de la realidad. Y advierten de que al endurecer su mensaje y girar hacia la izquierda comete un error: deja vía libre en el centro. En palabras de Feijóo, la socialdemocracia tradicional queda «huérfana».

Votos prestados

Los populares buscan hacer suyos los «votos prestados», que fueron claves en la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y, sobre todo, de Juanma Moreno en Andalucía. «La mayoría de las familias españolas han agotado la nómina de septiembre la primera semana del mes (...) Ahora tiemblan ante cualquier imprevisto», advertía Feijóo en el Senado. Los populares pidieron una ayuda de 200 euros para rentas bajas y han concentrado su propuesta de rebaja fiscal en los tres primeros tramos del IRPF. En un país donde el 99,6 % de las empresas son pymes, Feijóo no ha dado la espalda a estos actores económicos y apuntó que es una equivocación pensar que «la empresa es un conjunto de empresarios» y que «el objetivo es mantener puestos de trabajo».

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