Reunión en dos horas

La reunión de ayer fue un último intento de evitar lo que ya parece irreversible: la ruptura del consenso antiterrorista entre los dos grandes partidos en plena ofensiva de ETA, algo que no ha sucedido nunca en democracia. De la urgencia de la cita da idea el hecho de que no se cerrara hasta dos horas antes de celebrarse. Zapatero había llamado varias veces a Rajoy por teléfono tras el atentado. En la última llamada le propuso reunirse hoy, pero el líder popular rechazó el encuentro alegando que tenía convocado el comité ejecutivo de su partido. Pero Zapatero insistió ayer y llamó a las 11.30 a Rajoy para un encuentro inmediato. El presidente del PP accedió finalmente. El gesto de Rajoy, sin una sonrisa y dando la mano casi por obligación, indica que consideraba inútil la entrevista. En el PP están convencidos de que Zapatero trata de ganar tiempo para recuperar el diálogo tras un gesto de arrepentimiento de la banda. Por ello, en Génova se considera que sólo estarían obligados a un acercamiento con el Gobierno si éste se aviene a resucitar el Pacto Antiterrorista. Debate en el PSOE En el PSOE se ha producido un debate sobre si el atentado obligaba a tender puentes con el PP o era conveniente reforzar el consenso con el resto de fuerzas para mantener la iniciativa incluso en caso de que el PP se mantenga aislado. Finalmente, en Moncloa se impuso un camino intermedio, que pretende un pacto de mínimos que sirva tanto para mantener el apoyo del PP a la política antiterrorista del Go-bierno como para conservar la relación privilegiada con el PNV conseguida durante el fracasado proceso de paz. Si el PP mantiene su postura de exigir la reedición del pacto antiterrorista aunque se sumen a otros partidos, el consenso será imposible. Hay que recordar que el preámbulo de ese acuerdo firmado entre el Gobierno de Aznar, el PP y el PSOE, desaprobaba cualquier alianza política no sólo con Batasuna, sino con los partidos que integraban el pacto de Estella-Lizarra. Y allí estaba el PNV.