Diario de León

el territorio del nómada |

Del tajo a la cruz

HOY SE CUMPLEN 40 AÑOS DE LA MUERTE EN EL EXILIO DOCENTE AMERICANO DEL POETA ARTURO SERRANO PLAJA (1909-1979), AUTOR DEL MEJOR POEMA MARXISTA DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS Y DE UNO DE LOS LIBROS RELIGIOSOS MÁS IMPORTANTES DE LA POESÍA DE POSGUERRA. divergente

El poeta Arturo Serrano Plaja

El poeta Arturo Serrano Plaja

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

Creado:

Actualizado:

S u aventura creativa la explica la travesía bélica, que afectó a todos los poetas del 36, aunque en ningún otro caso con similar altura de miras para el tránsito desde un lado a otro de las trincheras. La poesía de Serrano Plaja parte del compromiso político totalitario para alcanzar en su evolución el desgarro existencial y religioso, que expresa con una audacia de lenguaje propia de la vanguardia. Sin disimulos ni cataplasmas. Como titula el profesor Enrique Baltanás con acierto, el fluir de su poesía sitúa a Serrano Plaja entre el Soviet y Cristo.

La edición de El hombre y el trabajo (1938), «uno de los mejores libros poéticos de nuestra guerra», según Víctor de la Concha, la realizó Hora de España, ilustrada con viñetas de Ramón Gaya. De inmediato, le llovieron elogios, desde Octavio Paz o María Zambrano a Machado. Su impacto desborda la coyuntura bélica y nada tiene que ver con su agitación propagandística. Se trata de un poemario reflexivo que se eleva sobre las bardas inmediatas de la guerra para insertarse en la visión del mundo marxista, que preconiza un hombre nuevo. Por encima de doctrinas, resaltan los aspectos plásticos y emotivos de la poesía. Según Zambrano, los ejes que articulan este fresco épico son el trabajo, la libertad y el amor. Sus protagonistas colectivos son los oficios: albañiles, zapateros, carboneros y poetas protagonizan algunos de los poemas más originales del libro. También poemas que exaltan el heroísmo del pueblo en su lucha por la libertad y todo el conjunto abrochado por dos poemas amorosos, que abren y cierran el libro. Su clausura (Virginia, el amor en la guerra ) suscitó el elogio de Machado.

Antes de convertirse en profesor californiano (1961), Serrano Plaja participó en la fundación de revistas importantes de la época republicana y de la guerra, desde Hoja literaria u Octubre a Hora de España. Mientras cumplía el servicio militar, estuvo preso por difundir en el cuartel propaganda que le había pasado César Vallejo, su primer tutor en el compromiso comunista. Más tarde, se incorpora a las tertulias lideradas por Neruda y por Alberti. Volcado en su militancia, mantiene una polémica sonada en 1935 con Bergamín, a propósito del discurso de André Gide en defensa de una cultura militante. María Zambrano consideró aquel cruce de divergencias, entre un joven marxista (Serrano) y un intelectual católico (Bergamín), como modelo de discrepancia libre en la España republicana.

Sus primeros libros se muestran vacilantes y lastrados por un exceso de mimetismo. Si Sombra indecisa (1932) cuelga de la estela juanramoniana, Destierro infinito (1936) supone un anticipo del giro rehumanizador que impondrá su generación poética en la inmediata posguerra. Ya entonces se siente como ángel caído añorante de su paraíso. El mejor poema de este libro impactante y conciso es la Elegía a Aida Lafuente (1915-1934), la joven revolucionaria leonesa fallecida en la convulsión de Asturias. Su expresión percutiente anticipa los logros del poemario El hombre y el trabajo (1938), texto fundacional de la poesía que tendrá su pujanza en los años cincuenta. Versos concebidos en una doble sintonía con la tradición romántica y con la escritura material del Neruda de Residencia en la tierra (1935). Zambrano destaca la madurez de esta poética fundamentada en una lectura crítica de las teorías marxistas, que concilia sincréticamente aparentes dicotomías, como soledad y pueblo o individuo y comunidad.

Después del paso por el campo de concentración de Saint Cyprien, es acogido en la casa de campo de Richard Bloch. Allí conoce y se casa con su hija Claude Bloch, con quien viaja a Chile en 1941, y a Buenos Aires en 1942, para trabajar en la editorial Losada. Publica sus relatos Del cielo y del escombro (1942), ambientados en la guerra civil española. También Versos de guerra y paz (1945), donde agrupa poemas bélicos con otros de raigambre quevedesca, impregnados por la angustia del desterrado. Ahí aparecen ya, junto a la nostalgia de España y un cierto sentimiento de culpa gestionado con ironía, atisbos de una profunda y radical crisis religiosa. Tras la liberación de París, retorna a Europa, donde cultiva las relaciones con artistas españoles de la Escuela de París y publica su primera novela: Don Manuel del León (1946). Entonces escribe El otro mundo , novela que permanece inédita, para regresar en 1947 a Argentina, cuando comprueba la consolidación de la dictadura en España.

Allí publica un libro de poemas en prosa, dedicado a su hijo, el futuro hispanista Carlos Serrano: Phocas el Americano (1948), con dibujos de Norah Borges. Además, promueve un movimiento de rechazo en América a la Bienal de Arte (1951) organizada desde España por su viejo amigo Leopoldo Panero, y regresa a París, donde se dedica a la enseñanza del castellano y de la literatura española en diversos liceos. Galope de la suerte. 1945-1956 , que publica Losada (1956), recoge sus versos de una década. La represión soviética de Hungría en 1956 y su separación de Claude Bloch marcan un giro que desemboca en su abandono del Partido Comunista. En 1961 se incorpora como profesor a la universidad de Wisconsin. Se casa con Ingrid y en 1963 es catedrático en Minnessota, de donde pasa en 1968 a Santa Bárbara. Entonces retoma el contacto con autores españoles como Vivanco y publica en Adonais La mano de Dios pasa por este perro (1965), donde un coloquialismo cotidiano aliñado de humor logra el poema religioso con menos empalago que pueda imaginarse. Sin aromas de sacristía.

tracking