Diario de León

Un devastador terremoto de 7,8º siembra de muerte Turquía y Siria

Las víctimas de un temblor que dibuja un paisaje apocalíptico se cuentan por miles

Los equipos de rescate buscan supervivientes entre las ruinas de los edificios colapsados, ayer por la noche. DENIZ TEKIN

Los equipos de rescate buscan supervivientes entre las ruinas de los edificios colapsados, ayer por la noche. DENIZ TEKIN

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La tierra tembló en la frontera entre Siria y Turquía como no lo había hecho en décadas. Cuando todo el mundo se preparaba para una ola de frío y las intensas nevadas, un terremoto de 7,8 grados de la escala de Richter golpeó el este otomano y el norte sirio dejando miles de muertos y heridos, destrucción e incontables supervivientes congelados a la intemperie, aterrorizados en medio de un paisaje apocalíptico y bajo la amenaza de nuevas réplicas. Una de ellas llegó a los 7,5 grados y los expertos alertan de que se repetirán durante varios días.

El epicentro se situó en el distrito turco de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras y cerca de Gaziantep, ciudad de dos millones de habitantes, y afectó a las provincias de Malatya, Sanliurfa, Osmaniye, Hatay, Adana y Diyarbakir. Los seísmos no conocen de fronteras y en Siria, Idlib, Alepo, Hama y Latakia fueron las afectadas.

El primer gran temblor se produjo a las 4,17 horas, cuando la gente dormía. Fue devastador y se dejó sentir en varios países de la región. El presidente otomano, Recep Tayyip Erdogan, llamó a la unidad nacional, se desplazó hasta el cuartel general del Centro de Gestión de Desastres y Emergencias y declaró que era «el mayor desastre desde el terremoto de 1939 en Erzincan». Aquel movimiento telúrico fue también de 7,8 grados, ocurrió en el noreste del país y se estima que dejó más de 30.000 fallecidos. En 1999 se registró otro potente seísmo de 7,4 grados en Izmit, 100 kilómetros al Este de Estambul, y hubo más de 17.000 víctimas.

La potencia del terremoto en esta ocasión, la cantidad de ciudades que han resultado afectadas y el número de edificios derruidos —3.400 según uno de los últimos recuentos— hacen que esta vez también exista el temor a una muy alta cifra de víctimas.

El profesor Mustafa Erdik, del Instituto de Investigación de Terremotos y Observatorio Kandilli de la Universidad Bogazici de Estambul, afirmó ayer que «una de las razones por las que el número de muertos ha sido tan alto es la mala calidad de los inmuebles». Tras el terremoto de 1999, se cambiaron las leyes para que la construcción siguiera los códigos de resistencia a temblores, pero estos edificios siguen siendo la minoría en zonas del país como la afectada.

Turquía tiene amplia experiencia en esta materia y movilizó de inmediato a los equipos de rescate. Las autoridades elevaron además la alerta al nivel 4, lo que abre las puertas a la ayuda internacional, que se activó de inmediato. Erdogan reveló que además de los miembros de la Otan y de la Unión Europea, otros 45 países ofrecieron su apoyo en este complicado momento para Turquía.

Rescates contra reloj

España fue uno de los primeros en reaccionar con el anuncio del envío de dos aviones, uno con la Unidad de Emergencia Militar especializada en rescates de personas en casos de desastres naturales (UME) y un segundo con la unidad Ericam, bomberos especializados en rescate de la Comunidad Autónoma de Madrid. El destino de los aparatos es Adana, desde donde tratarán de llegar por tierra a las zonas devastadas. La prioridad en estos casos es siempre salvar vidas, sacar de entre los escombros a los supervivientes.

El director general de terremotos y Reducción de Riesgos de Afad, Orhan Tatar, informó a media tarde del lunes de que sus equipos ya habían llegado «a todas las zonas afectadas». Fue un camino complicado debido al mal estado en el que quedaron muchas carreteras y a que los principales aeropuertos de esta parte del país quedaron inutilizados por los daños sufridos en las pistas.

Cada minuto cuenta en este tipo de situaciones y se vivieron momentos milagrosos con familias enteras rescatadas bajo los escombros de lo que fueron sus casas. En imágenes grabadas en Gaziantep se podía ver a la gente con toda la ropa de abrigo que había podido rescatar en mitad de la noche, metida en los coches y mirando a los edificios vecinos con el temor a una réplica. Las mezquitas también se convirtieron en puntos de refugio para los vecinos.

A las dificultades de una situación de este tipo, se suman «unas condiciones climatológicas extremadamente severas», lamentó el vicepresidente, Fuat Oktay. Quienes quedan sepultados son la prioridad, pero fuera hay también miles y miles de turcos y sirios que en muchos casos lo han perdido todo y precisan de refugio de manera urgente en medio de un clima marcado por la nieve, la lluvia y un viento helador.

Este terremoto es una desgracia más para Siria, un país en guerra de 2011 y se ceba en especial con Idlib, provincia donde viven millones desplazados por el conflicto. Las imágenes difundidas por los medios muestran la falta de equipamiento y a los vecinos desescombrando con sus propias manos. Las organizaciones humanitarias alertan de esta falta de capacidad de respuesta, pero los problemas de seguridad internos, especialmente en Idlib, complican la llegada de cualquier tipo de ayuda.

tracking