Rusia presiona a abogados de Crimea para que no ayuden a los presos políticos
Defensores ucranianos de los derechos humanos denuncian la creciente persecución de abogados en la ocupada Crimea, donde cientos de tártaros de esta península y presos políticos proucranianos luchan por recibir asistencia jurídica adecuada en medio de las continuas detenciones.
Cientos de abogados se enfrentan a un peligro cada vez mayor en la ocupación, según dijo Daria Sviridova, experta de la coalición de defensores de los derechos humanos «Ucrania. 5AM», en una rueda de prensa celebrada ayer en Kiev. Después de que Rusia se hiciera con el control de Crimea en 2014, muchos profesionales del derecho tuvieron que huir de la península o abandonar su profesión, aunque unos 800 abogados, de un total de 1.700, han seguido ejerciendo la abogacía, reveló.
La invasión a gran escala de Ucrania ha hecho aún más difícil el clima en el que operan, según el informe elaborado por los miembros de la coalición en cooperación con el Instituto CEELI, con sede en Praga. Los abogados han tenido que proteger a sus clientes de acusaciones de eludir el reclutamiento forzoso en el ejército ruso, mientras que el «aislamiento absoluto» de la península significa que ningún periodista independiente o defensor de los derechos humanos puede acceder a ella. «Los abogados se han visto impedidos sistemáticamente de contactar con sus clientes procesados», afirmó Sviridova.
Asimismo, se han enfrentado a una serie de retos adicionales, al encontrarse sometidos a presiones y persecuciones deliberadas y selectivas.
Los abogados se han convertido ellos mismos en víctimas de arrestos y detenciones. En algunos casos, como el del tártaro de Crimea Emil Kurbedinov, las detenciones se produjeron por antiguas publicaciones en redes sociales, realizadas incluso antes de la ocupación de la península en 2014. Son asimismo reclasificados sistemáticamente como testigos en las causas contra sus clientes, lo que les impide ofrecerles asistencia jurídica.Muchos de ellos son objeto de multas administrativas y campañas de desprestigio público. En tales condiciones, son las esposas y otros familiares de los presos políticos los que se convierten en sus principales defensores legales por necesidad. Sin embargo, los rusos los someten a la misma presión al «insinuarles» que pueden tener más problemas.