Diario de León

INFRAESTRUCTURAS

Adif tiene oficinas apuntaladas mientras el CRC del AVE conserva dos plantas vacías

El edificio dormitorio, anejo a la vieja estación, está lleno de deficiencias que ponen en peligro a los trabajadores

Estado del edificio de Adif.

Estado del edificio de Adif.

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ÁLVARO CABALLERO | LEÓN
León

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No está en obras, ni ha sufrido ningún accidente. Se encuentra en servicio, como si nada, a pesar de que los puntales se reparten por todo el interior del edificio desde que se entra por el acceso de la calle Astorga. Las oficinas radicadas en el conocido como edificio dormitorio, ubicado a continuación de la antigua estación de la calle Astorga, aguantan en condiciones de abandono. Mientras, en el inmueble construido para albergar el Centro de Regulación y Control (CRC) del AVE el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias mantiene dos planta vacías, después de que la anterior dirección del ente estatal, presidida por Gonzalo Ferre, confirmara que no servirá para lo que fue planteado el proyecto en el que se invirtieron 12,7 millones: el control de los tráficos de las líneas de alta velocidad del noroeste de España.

La situación hace que más de una treintena de empleados trabajen a diario rodeados de puntales que deben sortear para llegar a sus despachos, agujeros en el techo, grietas en las paredes y un avanzado abandono. La mayor parte de las dependencias están ocupadas por servicios de Renfe, que paga un alquiler a Adif y esperaba trasladarlos al edificio del economato, cuyo proyecto se encuentra parado por la salida de la empresa adjudicataria, pero también hay dependencias del propio ente de gestión de infraestructuras ferroviarias.

La degradación hace que incluso la tercera planta, donde estaba el dormitorio de agentes, se encuentre vacía por el peligro que puede ocasionar a la estructura. Pese a que hace años se reforzó la zona norte, en el flanco sur no se realizaron obras, lo que hace que concentre los mayores daños, ocasionados por una estructura de vigas con los vanos muy amplios que sufre peor las vibraciones. Los trabajadores temen que la intervención, prometida desde hace meses desde Valladolid pero sin ningún resultado por el momento, se limite al refuerzo central cuando las necesidades son mucho mayores. No sólo por los puntales diseminados por todos los pisos, sino también por la ausencia de un ascensor que garantice la accesibilidad, pese a que hay un hueco disponible para ello, la existencia de fibrocemento deteriorado de la cubierta y los desperfectos que se observan desde el exterior. Al mal estado se suma además la deficiencia energética, que depende de los aires acondicionados adosados a la fachada y el cableado por fuera, y que supone un derrocho de consumos sobre todo por el invierno.

La falta de atención a este inmueble, construida en los años 70, se repite en siguiente. Aunque sin tantos daños, el edificio de infraestructuras ofrece una imagen de abandono muy similar, como se ve en la valla que se desmorona o en la pintura de la fachada. Ahí, las promesa de una intervención tampoco se ha concretado en nada.

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