Diario de León

Sanidad

El Caule abrirá un hospital infanto-juvenil para encarar las patologías psiquiátricas

La obra, de 1 M€, evitará los traslados a Valladolid, donde funciona la única unidad de referencia con solo diez camas

El servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial dará un salto de calidad con las nuevas obras en la atención a los niños y jóvenes. DL

El servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial dará un salto de calidad con las nuevas obras en la atención a los niños y jóvenes. DL

León

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León dispondrá de su primera Unidad de Hospitalización Infanto-Juvenil y Hospital de Día para las patologías psiquiátricas de los menores de 18 años, tras años de reivindicaciones. Se trata de unas instalaciones muy demandadas que supondrán un gran paso adelante en la atención de la salud mental y que evitarán, además, el traslado de los niños y adolescentes con situaciones médicas graves a Valladolid, donde desde 2007 funciona la única unidad de referencia psiquiátrica para esta franja poblacional de la Comunidad.

La intención es licitar cuanto antes las obras, que supondrán el desembolso de un millón de euros, para que tanto la nueva Unidad de Hospitalización como el Hospital de Día puedan abrir sus puertas en 2022. El jefe del Psiquiatría del Caule (Complejo Asistencial Universitario de León), Francisco Luis Rodríguez, no oculta su satisfacción porque el proyecto permitirá dar «un gran salto de calidad al Caule en el abordaje de la salud mental Infanto-Juvenil y al servicio de Psiquiatría, que se situará a nivel puntero en la Comunidad y en España».

De hecho, la Unidad de referencia de Valladolid dispone de diez camas (tras sumar recientemente dos) y las obras de León doblarán la oferta de plazas de hospitalización psiquiátrica de menores de 18 años en la autonomía con la puesta en marcha de otras diez a doce camas.

Salto de calidad

Las instalaciones serán licitadas este año con idea de abrirse en 2022 con una docena de plazas

Rodríguez reconoce que hasta ahora «estábamos en precario, con un solo equipo de salud mental para niños». Para atender el tratamiento de los trastornos graves Infanto-Juveniles «tiraban» de la unidad de adultos, pero en las situaciones extremas se veían obligados a derivar a Valladolid a esos pacientes, «con toda la carga que supone para las familias el desplazamiento hasta allí, la separación de sus hijos y la intranquilidad de ir y venir tantos kilómetros», señala.

Unos viajes a los que se pondrá fin con la apertura de la Unidad de Hospitalización propia, y que se verá reforzada con un Hospital de Día con otra decena de plazas que, en principio, estará operativo por las mañanas. Ambas sedes aportarán un alivio «no sólo para el respiro familiar sino en el seguimiento del tratamiento».

El gerente, Alfonso Suárez, también cumple con este proyecto una de las priridades que se marcó cuando accedió al cargo, que era reforzar los cuidados a la población infantil y juvenil.

Trastornos alimenticios

Se dispararon en la pandemia, junto con las patologías obsesivas, de ansiedad y convivencia

Queda por decidir dónde se ubicará la Unidad de Hospitalización y el Hospital de Día, pero sí se tiene claro que se necesita espacio para habilitar lugares de esparcimiento, salas de juego, de terapia y uso familiar con espejo unidireccional. «No se requieren grandes aparatos como en otras áreas médicas, pero sí espacio y un entorno tranquilo que incluya una sala de relajación que también pueda incorporar una piscina de bolas o una cama de agua y luces determinadas», explica.

Los dos proyectos que se intentarán licitar este otoño requieren aumentar el personal con al menos dos psiquiatras, un psicólogo clínico, enfermeras y auxiliares en el caso de la Unidad de Hospitalización y un psiquiatra, psicólogo clínico, terapeuta ocupacional y un aula de escolarización para que los pequeños que acudan puedan proseguir con sus estudios bajo observación en el Hospital de Día.

Rodríguez reconoce que en el último año se han disparado los trastornos alimentarios de esta franja de edad, quizás, por el desajuste que provocaron las semanas de encierro, la incertidumbre y el miedo al coronavirus. La pandemia también desencadenó más procesos obsesivos, de ansiedad, de problemática afectiva y de alteración de la socialización y la convivencia de niños y jóvenes.

En los últimos meses admite que se vieron desbordados, además, para asumir más pacientes con TEA (trastorno del espectro autista), al necesitar muchos recursos de los que carecían. Por eso el Hospital de Día y las camas de hospitalización para menores con problemas de salud mental constituían dos reivindicaciones históricas del servicio.

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