Las gasolineras esperan una semana de caos ante el fin de ciclo de los 20 céntimos por litro
Suministro de cumbustible. ARCHIVO
Quien comience el año sobre ruedas, deberá de tener en cuenta la otra versión de los cambios impositivos y subvenciones que afectan a la fiscalidad del carburante.
Las gasolineras están en alerta desde hace unos días; y la alerta crece, a medida que se acerca el momento fin de año, cuando está previsto ese cambio de posición del Gobierno respecto a mantener el descuento de 20 céntimos por litro de combustible para todos los conductores.
La red comercial de los carburantes, que suma en torno a 180 negocios en la provincia leonesa, no oculta su preocupación ante el riesgo de colapso del servicio, que iría apegado a la nueva aplicación de condiciones de precios y pago que se asoma tras la más que posible reducción de las ayudas del Gobierno.
El sector advierte de los problemas logísticos que pueden derivar de la bonificación general, de ese café para todos que dispuso el Gobierno en la primavera pasada, con motivo de una huelga de transportistas que estuvo a punto de detener toda la economía del país, aunque la medida se justificó por la invasión de Ucrania y el revuelo posterior que generó en el mercado energético internacional.
Algunos representantes del sector recuerdan que el mismo caos que se llegó a general por la aplicación de la medida, del descuento de los 20 céntimos por litro, se puede repetir ahora, con su eliminación, que requiere de previsiones estructurales para permitir a las empresas adaptarse a los requisitos informáticos que requiere el procedimiento; los empresarios que no disponen de los medios de cobertura de las grandes compañías tendrán más problemas para llevar adelante el reacondicionamiento del proceso comercial y fiscal.
La incertidumbre persigue desde hace unas semanas el devenir de estos 20 céntimos de descuento por litro que se aplica de manera universal en España; aunque por los indicios apuntados en medios de comunicación próximos al Gobierno, con el cambio de año van a quedar limitados a conductores profesionales (transporte, agricultura, industria) para devolver al espectro general e la circulación a la situación previa a la crisis aguda de inicios de 2022. Los cambios se prevén caóticos en algunos territorios en los que el día 2 de enero es festivo; por ejemplo, en León.
La principal duda es conocer cómo va a encauzar el Gobierno la aplicación del descuento de forma discriminatoria; cómo, para unos sí y otros no, según. Si se tendrá que atender con un sistema de cartilla de racionamiento, o similar.
Esta ausencia de certidumbres que alienta el caos, se une al aluvión de demanda que despertará desde el mismo momento que el Gobierno confirme el fin del estatus actual. Nadie en el sector es capaz de calcular cómo se podrá atender la demanda que desatará los últimos días para cargar el depósito con los descuentos de 20 céntimos por litro.