Diario de León

Sucesos

Pegan a un guardia civil de paisano tras mediar en una pelea en un pub

El agente sacó al alborotador del establecimiento, que le agredió por hacerse un selfie con él

El guardia civil estaba destinado en Palencia. JAVIER CEBOLLADA

Agentes de la Guardia Civil. AGENCIAS

León

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Un agente de la Guardia Civil fuera de servicio fue agredido cuando medió en un pub para evitar una pelea de un alborotador, que estaba molestando a varios clientes de un local del Barrio Húmedo. La sentencia de Penal 2 condena al agresor a siete meses de prisión, por un delito de atentado y a cuarenta días de multa a razón de cuatro euros diarios (160 euros) por un delito leve de lesiones.

Constan como hechos probados que el guardia civil, se encontraba en un establecimiento de la calle Paloma en León, de paisano y fuera de servicio, y al presenciar que el acusado, mayor de edad y con antecedentes penales cancelados o cancelables y no relevantes a efectos de reincidencia, se encontraba molestando a los clientes, le invitó a salir, acompañándolo fuera con la excusa de invitarle en otro sitio, dirigiéndose ambos a la plaza Mayor.

Más secuelas

Un tercer implicado quiso librar al agresor del agente y también resultó encausado en el juzgado

Al sacar el móvil con intención de hacer un selfie con el acusado, éste último, se enfadó, poniéndose agresivo y, con ánimo de menoscabar la propiedad ajena, le cogió el teléfono y lo arrojó al suelo, dañándoselo, tras lo cual sacó una navaja de pequeñas dimensiones, y dijo: «Te voy a matar, te voy a cortar el pescuezo», y aumentó dicha agresividad cuando creyó que otra persona también quería grabarle, tras lo cual el guardia lo redujo dándole en la cara y se identificó como agente de la Guardia Civil, y enseñó su tarjeta de identificación.

Tras detener al sospechoso y mientras esperaba con él la llegada de la Policía, se acercó otro varón sin antecedentes, que fue requerido por el agente de manera expresa para que no pasase por delante. El tercer interviniente discutió el requerimiento más de una vez, ante lo cual se identificó como agente de la Guardia Civil y al no hacerle caso y tener que empujarle para que no pasara por allí, reaccionó y se enzarzó con él con ánimo de menoscabar el principio de autoridad, forcejeando, resultando lesionado el guardia. En la fecha de los hechos, el procesado presentaba una deficiencia psíquica crónica esquizofrenia paranoide que afecta a las bases psicobiológicas de su imputabilidad de forma moderada.

El guardia civil sufrió contusión en el dedo medio de la mano derecha y hematoma postraumático periorbitario en el ojo derecho, que precisó de una única asistencia facultativa, sin necesidad de tratamiento médico ni quirúrgico, invirtiendo en su curación siete días de perjuicio básico, no restándole secuelas.

La sentencia no alberga «duda alguna en cuanto a la responsabilidad de los hechos que se han considerado probados». «Se razona que la víctima le dijo al acusado que era guardia civil, exhibiendo una cartera en la que se encontraba el carnet Y si bien el agresor no quiso dar credibilidad a la afirmación de esa condición, tampoco quiso desviarse de los soportales en donde el guardia tenía reducido al otro varón a pesar de que ello no suponía obstáculo ni incomodidad alguna».

La jueza valora la prueba testifical practicada en el juicio.

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