Diario de León

Infraestructuras

El puente de San Juan de Dios de 2,7 M€ no se abre porque una rotonda «no da la talla»

La glorieta de La Pontona «es pequeña», según técnicos y vecinos, porque no permite el paso de «un camión y un vehículo a la vez»

La mini rotonda de la discordia, tras la señal. A la derecha, la entrada al nuevo puente de San Juan de Dios. RAMIRO

La mini rotonda de la discordia, tras la señal. A la derecha, la entrada al nuevo puente de San Juan de Dios. RAMIRO

León

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El vodevil en que se han convertido las obras que ejecuta el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en San Andrés del Rabanedo para coser la fractura del tren añade un nuevo capítulo. Su actuación más cara, el puente que cruza las vías desde la avenida de San Ignacio de Loyola hacia la zona de La Pontona, y en la que se han invertido 2,7 millones de euros para aliviar el tráfico, no se abre de momento a pesar de estar finalizado porque «no da la talla» una de las dos rotondas de acceso, la ubicada más cerca del Ayuntamiento de San Andrés al pie de la calle Jesús Nazareno.

Los vecinos ya habían advertido del «cuello de botella» que se produciría en la entrada y salida de esa glorieta, porque desemboca en un puentecillo estrecho para salvar la famosa Presa del Bernesga y que carece de arcén. Pero es que la propia rotonda, de 35 metros de diámetro, «no sirve para que pasen un camión y un vehículo a la vez y casi tampoco dos turismos juntos», según se ha expuesto en las últimas comisiones informativas municipales.

Marcas de ruedas sobre la glorieta nevada con el puente al fondo. RAMIRO

Y ello sin tener en cuenta que el puente ahora dispone solo de dos carriles, uno de ida y otro de vuelta, pero que existe un acuerdo para ampliarlos a cuatro, dos por cada sentido, lo que dejará aún más pequeña la infraestructura para distribuir la circulación. El propio concejal de Urbanismo de San Andrés, Benjamín Fernández, reconoce que con «Adif y la Junta están en el punto de ver cómo encaja lo ejecutado», al ser el Gobierno autonómico el titular del vial sobre el que se ubica la glorieta en el enlace de la CL-623 con la LE-441.

El Ayuntamiento considera que la recepción de las obras no debería efectuarse antes de que se amplíe su tamaño, al apreciar la «peligrosidad» que genera para la seguridad vial, según constataron los técnicos. Tampoco antes de solventar la conexión de la acera para peatones con una pasarela sobre la Presa del Bernesga y dar continuidad al carril bici que concluye sobre una acera a un metro de la calzada.

El gestor defiende que la rotonda «cumple con la normativa estatal de carreteras y es legal», cuestión que nadie niega, pero los vecinos y cualquier peatón o conductor que pase por allí aprecia «que será insuficiente para absorber el tráfico que la atraviese», señalan.

«La rotonda no da la talla, es un desastre», asegura el concejal de Cs, Jorge Martínez Domaica, quien ratifica que «por ella no pasan dos coches» y que Adif sabía que estaba ejecutando un proyecto antiguo, porque se le advirtió, pero «siguió adelante y si luego hay que picar y cambiarla, pues se hace porque efectúa lo que tienen aprobado y ahí se queda», ironiza.

La misma idea traslada la concejala de IU, Laura Fernández, quien reitera «que la obra no se puede recepcionar según nos han dicho porque la rotonda no tiene la talla suficiente y así no se puede abrir ese corredor según los técnicos». Fuentes del equipo de Gobierno indican que tratar con Adif «es complicadísimo y una lucha constante, porque van al mínimo y no dan un centímetro más aunque luego se necesite». Los leonesistas Julio González Rivo y María Ángeles Velilla califican de «esperpento» lo que ocurre con la mayoría de las soluciones de permeabilidad de Adif en el municipio. Aseguran que «hace falta un proyecto nuevo para la zona porque la glorieta debe hacerse más grande», lo que seguramente implicará expropiaciones, al igual que para continuar los cuatro carriles hacia Azorín y Corpus Christi.

También saben que desde el Hospital San Juan de Dios se ha preguntado desde hace año y media cuándo se abren las obras y Adif responde siempre que «en quince días». Por eso se ha instado al Administrador a que al menos se abra la parte de San Ignacio de Loyola, donde se construyó una glorieta tipo hipódromo con suficientes metros, para liberar el acceso al aparcamiento del complejo hospitalario.

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