La Semana Santa llora la muerte de Alberto Flores, 'El Tibu'

Tantas ganas había de celebrar la Semana Santa este año, tantos anhelos habían quedado guardados en las túnicas, tanta expectación había generado el retorno de las procesiones a la calle que algunos corazones no han podido soportar la emoción y han decidido postrarse a la vera del Padre Santo para presenciar en lo alto del cielo lo más granado de lo que va a pasar en la tierra este abril.

A la lista de titulares para acompañar al Padre Santo en la eternidad se unió anoche Alberto Flores. 'El Tibu' no tenía nombre, sólo vivía por el apelativo. Y por la devoción a Nuestra Señora del Mercado, a Nuestro Padre Jesús Nazareno y a La Virgen de La Soledad de la cofradía de Angustias, de la que era bracero honorario. Fue después de los tiempos de su periplo como monaguillo en la iglesia del barrio de Pinilla.

Una larga enfermedad que acabó con esos pulmones repletos de incienso puso fin anoche a tantos años de desvelos, de preparativos junto a su hermano, José Manuel Flores, 'El Pana', para que la Señora de Señoras saliera a la calle inmaculada cada Viernes de Dolores. Y para pujar al Nazareno, del que hacía gala ser titular.

Emblemático, carismático y tan entrañable siempre como gruñón a veces, su recuerdo quedará perenne en las vísperas de la luna de Nisan. Cuando los presentes se enfunden la túnica, serán muchos los ausentes ilustres que vendrán al recuerdo. Descanse en paz.