Citroën. Cien años… ‘diseñados’
André Citroën a bordo de su peculiar 5CV, un automóvil que rompió moldes, junto al miniaturizado ‘alter ego’. CT
J. F. Z.
Reconocible tanto por su particular silueta como por sus vivos colores, el 5CV destacaría rápidamente por su practicidad mecánica, iluminación y manejo; aportaciones técnicas tan presentes hoy —como entonces— en el catálogo del ‘chevron’.
En 1922, André se presentaría en el Salón del Automóvil de París como a él le gustaba: con infinidad de innovaciones bajo el brazo; un paquete de importantes novedades productivas, entre las que destacaba especialmente el 5CV, considerado como el primer automóvil diseñado para un amplio espectro de clientes, no sólo como coto exclusivo del ‘chauffeur’ profesional, también conocido entonces como ‘mecánico’.
André, que ya había roto moldes 1919 con el primer vehículo europeo fabricado en serie para el gran público, no dudo en aceptar el reto, y ganarlo: el 5CV ‘Petit Citron’ (pequeño limón, por su generalizado color amarillo) escondía una nueva forma de entender la conducción… y el automóvil; un vehículo ligero —mucho—, animado por un tetracilíndrico de —claro— de cinco caballos de potencia que, eso también, destacaba por su alta confortabilidad y funcionalidad con, además, un sencillo mantenimiento y unos estrechos neumáticos que permitían mover fácilmente el volante, algo nada común en su época.
Una suerte de «pequeña revolución» en su momento: 80.759 unidades vendidas entre 1922 y 1926; eso, por no hablar de la no menos innovadora (sello André) campaña publicitaria que acompañó el lanzamiento del 5CV, con la mujer con protagonista.
Un vivo legado, auténtico precursor del actual programa «Citroën Advanced Comfort», el 5 CV estaba pensado para disfrutar al volante… inspirado en las personas; así, en su totalidad de gamas y segmentos comerciales, las propuestas del ‘chevron’ siguen teniendo en cuenta las preferencias —y necesidades— de un amplio espectro de clientes, mientras la marca repite insistentemente una tendencia: automóviles con un amplio espacio interior.
A la vez que el confort es otro de los aspectos especialmente valorados, un apartado que va mucho más allá de la mera comodidad, englobando diversos aspectos —todos— de «la vida a bordo»: de los asientos a las suspensiones y a una intuitiva ergonomía del puesto de conducción: mandos accesibles e innovadoras tecnologías, con multitud de funciones (pantallas táctiles mediante) de ayuda a la conducción para el uso diario.