Diario de León

CAMPO

La imparable pérdida de ganaderías de leche en la provincia abre ahora un futuro impredecible

El sector recibe ahora un 70% más del precio de hace un año pero ya ha tirado la toalla por el «maltrato» recibido

José Antonio, en su ganadería de leche de Toral de los Guzmanes que ha pervivido durante generaciones. FERNANDO OTERO

José Antonio, en su ganadería de leche de Toral de los Guzmanes que ha pervivido durante generaciones. FERNANDO OTERO

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León

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Lo venían anunciando desde hace años y en la actual coyuntura nadie debería sorprenderse del imparable descenso de la producción de leche de vacuno en León, la principal provincia productora de una Comunidad en la que se han perdido en el último año más de 3.000 toneladas de leche, una consecuencia directa del «maltrato» al que ha sido sometido el sector, harto de «no poder sacar para vivir» después de trabajar todos los días sin descanso.

Es el diagnóstico del presidente de la Organización de Productores de Leche (OPL), José María Álvarez, que considera además que «no hay marcha atrás». A su juicio, el sector lácteo de León no se va a recuperar y el goteo de ganaderos que tiran la toalla no cesará, con las imprecedibles consecuencias que ello supone para la sociedad y la economía leonesa. «Esto se venía venir», sostiene Álvarez, que remarca que «el ganadero abandona y ahora hay escasez de leche. Recogen lo que han querido sembrar».

«Muchos ganaderos ya tenían la intención de abandonar y van a seguir con la misma intención», afirma el presidente de la OPL que cuenta el caso de una granja que la semana pasada echó el cierre una explotación. «El ganadero, de 45 años, no aguanta más y ni aunque paguen ahora un euro por la leche quiere continuar», matiza Álvarez.

León es una de las provincias más afectadas por el cierre de ganaderías, un territorio donde abundan más las explotaciones pequeñas y de montaña, que son más débiles ante la negociación de los precios con la industria y más vulnerables al brutal aumento de costes.

Las cuentas no salen para mantener en pie una granja. El 60 por ciento de sobrecoste en alimentación, subidas de más del 100 por ciento en la luz y un 80 por ciento de incremento en el precio del gasóleo le han dado la puntilla a un sector que ve como ahora sí la industria ha elevado los precios al ganadero aunque sea demasiado tarde.

Según los datos recabados por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), el litro de leche en octubre del año pasado se pagaba a 0,35 euros; «hoy —recalca Álvarez— se paga a un precio medio de 0,58 euros», un 70 por ciento más que hace un año. «Suficiente para hacer frente a los costes de producción y el ganadero pueda ganar algo de dinero», añade el presidente de la OPL. Pero, ¿a qué precio?... «Lo que es seguro es que sin este aumento no hubiera quedado ningún ganadero en pie, ni grande ni pequeño», señala.

Álvarez insiste en que los ganaderos de leche «han sido maltratados permanentemente, les han puesto los precios que han querido, con el contrato con el precio predefinido y sin posibilidad de negociación...». Y el resultado es que la industria se ha quedado sin ganaderos. A nivel nacional estamos con un 5% menos de producción que el año pasado. «Ahora se lamentan pero nunca quisieron escucharnos», asevera Álvarez, quien señala que hay menor producción de leche pero no desabastecimiento. «La industria ha subido el precio porque se han ido los ganaderos» y es que, remarca Álvarez, «no es normal que los supermercados vendan la leche a 60 céntimos, prácticamente lo mismo que ahora se le paga al ganadero».

Los datos reflejan una caída imparable. El pasado enero se recogieron en Castilla y León casi 76.813 toneladas de leche, que el pasado septiembre se quedaron en 73.676 toneladas, después de bajar mes a mes la producción sin posibilidad de remontar.

En cuanto a las ganaderías, en octubre de 2021, el censo contaba con 876 ganaderías en Castilla y León, y el pasado septiembre descendieron a 804. Prácticamente el 40 por ciento de las explotaciones cerradas en este periodo —unas 30 ganaderías, varias de ellas de más de 100 reses— se han perdido en León, según los cálculos del presidente de la OPL quien cree que las consecuencias son impredecibles y «muy difíciles de recuperar».

En el medio plazo, la industria deberá comprar la leche fuera de España, si no quiere caer en el desabastecimiento, a un precio mucho más caro que el que pagaban aquí. «Ahora el mercado internacional está más caro que el nacional y la leche llega carísima y el consumidor tendrá que pagarla» porque han arruinado al productor.

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