ENERGÍA
El nudo eólico de Villameca se suelta
De los veinticuatro parques proyectados sólo funcionan cinco y se ha desistido en la autorización de ocho
Parque eólico
Los desistimientos a la autorización administativa para la instalación de parques eólicos que ha recibido la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) en lo que va de año alcanza ya las siete. Si a mediados de este mes se informaba de que las compañías eléctricas renunciaban a sus planes en los parques de San Feliz, Ampliación de Valdesamario y Ampliación de Espina, ahora se suman otros cinco proyectos: Salce, Curueña I, Ampliación de San Feliz, Ampliación de Espina y Murias I.
Y es que la avalancha de solicitudes llegó a sumar 24 instalaciones de aerogeneradores —siempre que se contemplen como tales las ampliaciones, que precisan de la misma autorización—, con proyectos que alcanzaban los 75 millones de euros en ocasiones, ubicados en el conocido como nudo eólico de Villameca, un espacio entre las comarcas de Cepeda, Omaña y Bierzo en la que muchos municipios habían puesto sus esperanzas de desarrollo.
Sin embargo, sólo cinco de estos parques se encuentran en funcionamiento en estos momentos: Valdesamario, La Espina, Peña del Gato, Anexo a Valdlín y Valdelacasa y de éstos, los de Valdesamario, La Espina y Peña del Gato se encuentran pendientes de que el Tribunal Supremo resuelva el recurso de casación presentado ante las sentencias del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad autónoma, que anularon la autorización concedida por la Junta de Castilla y León para su puesta en marcha. La incógnita está en conocer si los molinos de las tres instalaciones continuarán girando con el fin de los contenciosos.
Donde los pueblos vieron una inversión segura y unos ingresos por apoyo ubicado en terrenos, la SEO/BirdLife vio un peligro para la conservación del urogallo cantábrico, lo que motivó de esta sociedad el inicio de una ofensiva legal en favor de una especie en peligro de extinción y emblemática en cuanto a su ubicación, no por los proyectos de aerogeneración, sino por tratarse de las poblaciones más meridionales del urogallo cantábrico. Ha conseguido más sentencias a favor que en contra y ahora se fija en los desistimientos y en la nueva evaluación de impacto ambiental promovida para los parques pendientes de la decisión del Supremo con recelo, ya que ve en los procedimientos la forma de justificar lo que en su día no se hizo: medir el impacto de los parques en conjunto.