Las piscinas dejan un beneficio de 5.000 euros en su primera temporada

Existe un temor generalizado en los municipios de pequeño tamaño a que poner en servicio unas piscinas acaba arruinando a los ayuntamientos. Pero los datos vienen a desmentir esta creencia. Además de cambiar de forma muy importante la vida del pueblo durante el verano, en la mayoría de los casos las pérdidas son muy pequeñas o arrojan beneficios. Es el caso de Gordoncillo, que este verano inauguró sus piscinas con unos resultados «sorprendentes» hasta para el propio alcalde, Urbano Seco. Las instalaciones dejaron un beneficio para las arcas municipales de más de 5.000 euros.  

Las piscinas de Gordoncillo abrieron sus puertas el 6 de julio y se cerraron el 31 de agosto. Según los datos facilitados por el Ayuntamiento, los ingresos por entradas y bonos ascendieron a 12.853 euros, mientras que los gastos llegaron a 8.037 euros, lo que arroja unos beneficios de 4.816 euros. A los que habría que sumar un pequeño importe positivo de la venta en el bar de las instalaciones (sólo refrescos, golosinas y helados) que también gestiona directamente el Ayuntamiento. El consistorio incluso facilitó los gastos desglosados. En personal (socorrista, taquillero y un peón) supusieron 6.408 euros, seguridad social incluida. En cloro se gastaron unos 500 euros. Y en energía eléctrica 1.129 euros.  

Si en el aspecto puramente económico las piscinas, en su primera temporada, resultaron altamente positivas, en el social el impacto fue también muy relevante. «Es un servicio más a la población que ha afectado a la calidad de vida de los vecinos y visitantes durante el verano. Es verdad que las instalaciones son de mucha calidad», señaló el alcalde.  

200 personas diarias  

En este sentido también las cifras cantan. La asistencia total rondó los 12.000 usuarios, con una media diaria de cerca de las 200 personas. Se vendieron 5.700 entradas individuales. «Se nos acabaron dos veces y hubo que hacer más», afirma Seco, lo que habla de que la asistencia de usuarios sobrepasó las previsiones más optimistas. A ello hay que sumar los abonados que llegaron a los 297 en total. De ellos, 32 fueron de temporada completa, 180 de abono mensual y 85 de quince días.  

Según informó el alcalde, la mayoría de usuarios fueron vecinos o residentes en Gordoncillo, pero también de otras localidades de la comarca. «Algunos fines de semana nos llegaban muchos de Valencia de Don Juan huyendo la masificación que existe en sus instalaciones», dice.  

Las piscinas cambiaron el verano de Gordoncillo. Se ocuparon casas vacías. El ambiente en la plaza y en los bares de la localidad también fue superior al de años anteriores. Y las estancias de hijos del pueblo y visitantes se alargaron en el tiempo, admite el regidor.