El premio a una vida dedicada a los vecinos

La Diputación de León rinde homenaje ayer a los 35 alcaldes más veteranos de la provincia, a los que han llevado el bastón de mando durante seis legislaturas o más. Esto es, 24 ó más años. El acto tuvo lugar en el salón de plenos de la institución provincial, abarrotado de público.

El presidente de la Diputación, Eduardo Morán, en nombre de toda la corporación, agradeció públicamente a estos 30 hombres y 5 mujeres los servicios prestados todos estos años. Morán destacó que se trata de un «homenaje de justicia» que «no entiende de colores políticos, sino que atiende a la voluntad del pueblo». «Por esa entrega, por ese buen hacer, la confianza en vosotros y vosotras se ha ido revalidando mandato tras mandato, y hoy aquí queremos mostraros el agradecimiento de esta corporación», expresó.

«Quizá no gestionemos presupuestos millonarios, pero ponemos nuestra vida al servicio de nuestros vecinos y vecinas, conocemos los desvelos de todos y cada uno de ellos y los hacemos nuestros, nuestra casa se convierte en una extensión del ayuntamiento, lo mismo que el bar, la calle a la consulta del médico», señaló el presidente de la Diputación y alcalde de Camponaraya.

Morán hizo extensivo este reconocimiento a los equipos que han acompañado a los regidores homenajeados durante todos estos años, así como al municipalismo en general, por el trabajo que hacen por el medio rural de la provincia, especialmente en los pueblos más pequeños.

El alcalde de Valdepielago, Julio González, el más veterano de la provincia, lleva en el cargo desde 1979. Aseguró que los pueblos han cambiado mucho desde entonces. En aquel tiempo no tenían luz, ni agua y «hoy abres el grifo y por lo menos sale agua». También han descendido en población. «El ayuntamiento de Valdepiélago tenía más de 800 habitantes y hoy tiene 300. Y eso supone menos ingresos y las necesidades son mayores. Así que algo tendrán que hacer para que aquellos municipios que no tienen posibilidad de crecer, por lo menos se puedan mantener». Confirmó que no se presentará a la reelección.

Por su parte el alcalde de Villaturiel, Valentín Martínez, afirmó que «es un auténtico orgullo ser el alcalde de tu pueblo y estar su servicio. Lo importante no somos los alcaldes, son nuestro vecinos. Y este acto es más un homenaje al medio rural y a esos habitantes que viven en los pueblos».

El regidor de Matanza de los Oteros, Marcelo Alonso, fue alcalde de 1991 a 1999, estuvo una legislatura en la posición y volvió al cargo en 2003, hasta hoy. Señaló que «hay que agradecer al presidente de la Diputación este homenaje que nos hace como servidores públicos y ahora que estamos tratando de elaborar las listas se ven las dificultades que hay para que la gente aporte todo lo que sabe para el bien de su municipio. Pero sobre todo un agradecimiento a los vecinos que han depositado su confianza en mí y en mi equipo».

Otro de los históricos es Matías Llorente, de concejal desde la primera legislatura democrática en Cabreros del Río y 24 años de alcalde. Aseguró que «la mayor satisfacción es estar con tu gente y con tu pueblo, resolver sus problemas y sacar adelante los proyectos. Lo que más valoro es que hemos sido capaces de tener una unidad entre todos, no haber enfrentamientos y poder resolver cada problema. No es más ni menos que dar participación a la gente y responder a lo que necesita. La gente lo único que quiere es tener un pueblo limpio, organizado, que el consultorio funcione, que las escuelas funcionen... y no son más exigentes. La gente de los pueblos es muy conformista y lo único que quiere son servicios y tranquilidad».

Finalmente, el alcalde de Bustillo del Páramo, otro de los más veteranos que ya se retira con 86 años. Lleva en el cargo desde 1983. Afirma que en todos estos años en la vida pública desde la llegada de la democracia, «he estado siempre muy satisfecho por el cariño y el apoyo que me han dado los vecinos del pueblo. Ser alcalde de tu pueblo es lo más alegre que puede haber, siempre que tengas el apoyo de los vecinos y eso te obliga a trabajar con ilusión. Cuando se toma el cargo tienes la obligación de corresponder y estar a su lado».