La tierra devuelve la perdida fuente de San Claudio

Hay historias en todos los pueblos que, con el paso del tiempo, van entremezclando leyenda y realidad, llegando a confundirlas. A unos dos kilómetros al sur del casco urbano de Villamañán, en el paraje que unos llaman de los Jilgueros, dada la abundancia de estos pájaros en la zona, el agua brotaba como salida de la tierra, resto de lo que un día fue la Fuente de San Claudio, que hace décadas se comió la maleza. «La gente sabía que existía, pero se abandonó ante la falta de ganado que recorriera el campo y el propio camino quedó cegado por zarzas y paleras que lo hacían intransitable», asegura el alcalde, Higinio García.

Hace unas semanas, con la ayuda de un vecino conocedor de la zona, el Ayuntamiento limpió todo el paraje y con maquinaria pesada ahondó en el terreno hasta que, a unos dos metros de profundidad, descubrió una canalización formada por tejas árabes de barro perfectamente colocadas de las que salía el agua.

Hete aquí que las historias que contaban los vecinos más mayores tomaban visos de realidad. Y es que, aseguran que el agua viene de Priores, un paraje ubicado en el cercano pueblo de Villacé en el que en su día hubo un monasterio, cuatro o cinco kilómetros más al norte, toda ella canalizada. «Dicen los mayores que en los inviernos duros, la nieve no cuaja y se derrite sobre el terreno por el que discurre el supuesto canal subterráneo ya que el agua, a su paso, calienta la tierra que tiene encima», continúa explicando el regidor. «No sabemos qué tipo de canalización hay, pero ahora hemos descubierto la boca hecha con teja árabe perfectamente colocada, y en buen estado, formando un canal», añade.

A partir de ahora el Ayuntamiento de Villamañán tiene previsto adecuar la zona para hacer que el camino sea transitable y recuperarlo como zona de paseo y disfrute, recuperando así una fuente hasta la que hasta hace unas pocas décadas los vecinos acudían a coger agua, «principalmente para beber», comenta García.