Diario de León

El último censo del oso confirma un crecimiento consolidado

Las autonomías de la Cordillera Cantábrica estiman entre 230 y 270 el número de ejemplares.

Imagen de archivo de una hembra con un osezno. FUNDACIÓN OSO PARDO

Imagen de archivo de una hembra con un osezno. FUNDACIÓN OSO PARDO

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León

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A.D.M. | Redacción

La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica se consolida en la zona occidental y experimenta un ligera crecimiento en la oriental, según el censo de 2017, que ofrecieron ayer responsables de las cuatro comunidades de este sistema montañosa: Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria, en un encuentro celebrado en Oviedo.

El año pasado fue posible avistar 41 osas con 73 crías en la subpoblación occidental de la especie y 35 con 64 oseznos en la oriental. Es decir, una hembra y seis crías más que en 2016. Estos datos permiten situar los ejemplares de la especie entre 230 y 270, de los que entre 190 y 230 ocuparían los territorios al oeste de la cordillera y al menos 40 lo harían en el oriente.

Según los datos que facilitaron los cuatro gobierno autonómicos, la evolución del oso pardo cantábrico entre los años 2000 y 2017 confirman la consolidación de la población de madres y esbardos en la subpoblación occidental, que crecería ligeramente, y un escenario más estable en la subpoblación oriental, cuya conservación ha despertaba mayores dudas cuando se empezó a trabajar en recuperar el oso.

El occidente asturiano ofrece los mejores datos, con 27 hembras y 50 oseznos, y en León se avistaron 8 osas y 14 crías. En el oriente se censaron 6 madres y 9 esbardos. 4 hembras se avistaron en Palencia, una en León y otra en Cantabria.

Es el avistamiento de hembras con sus vástagos el que permite calcular la población osera. El seguimiento de ejemplares adultos es mucho más complicado que el de familias, dado que se trata de una especie con amplia distribución forestal y esquiva, frente a los hábitos más diurnos y menor área de campeo de las familias —osas con esbardos—.

EL director general de Medio Natural de la Junta, José ángel Arranz, subrayó que el oso ocupa ahora un territorio de 8.900 kilómetros cuadrados en Castilla y León, frente a los 5.000 kilómetros cuadrados en los que se encontraba en 1999 en toda la Cordillera Cantábrica.

Las labores de seguimiento de las poblaciones de oso pardo cantábrico se realizan a través de personal técnico, agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y patrullas oso de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, en colaboración con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y de organizaciones como la Fundación Oso Pardo.

Las patrullas de vigilancia de oso pardo de la Junta están compuestas por ocho personas distribuidas en la Montaña Palentina, la Montaña Oriental Leonesa y el Alto Sil.

El seguimiento

Las metodologías utilizadas para el seguimiento de las poblaciones de oso pardo cantábrico se basan en observación directa a través de telescopios, para evitar interferir con los animales, que permiten diferenciar los grupos familiares por el tamaño y las manchas características de las hembras y de las crías, el número de animales, y los defectos físicos, entre otras características. Los resultados obtenidos, desechadas las repeticiones y las informaciones no confirmadas, ayudan a establecer el número mínimo de osas con crías, así como su evolución.

En las labores de campo, además de la observación directa, que incluye la toma de fotografías y vídeos cuando resulta posible obtenerlas, se realizan anualmente estudios sistemáticos basados en recorridos para la obtención de índices kilométricos de abundancia, con una longitud total de más de 1.500 kilómetros en un área seleccionada de 468 kilómetros cuadrados, y una red de más de 700 trampas de pelo, distribuidas a lo largo de toda la vertiente sur de la cordillera cantábrica, instaladas con los objetivos de obtener material genético de manera no invasiva y la detección de ejemplares.

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