Diario de León

El hidrógeno podría convertirse en el combustible del futuro

Aunque el producto de su combustión es únicamente agua, y no gases de efecto invernadero, el principal inconveniente es el almacenaje porque, al ser un gas, produce menos energía por volumen que cualquier combustible líquido

Publicado por
M. M. ALLER | texto
León

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La sociedad actual tiene tanta dependencia de los combustibles fósiles que cuesta imaginarse la vida sin la gasolina que impulsa los vehículos, el carbón que se quema en las centrales térmicas para producir electricidad o el gas o el gasóleo que alimentan las calderas de los hogares. Además, las reservas se agotan a un ritmo mayor al del descubrimiento de nuevos yacimientos y en un próximo futuro la oferta será incapaz de satisfacer la demanda, lo que provocará un aumento de los precios del transporte, la calefacción y el comercio, así como la intensificación de los conflictos entre los países para controlar las reservas existentes. Gran parte de la comunidad científica apuesta por una nueva economía basada en el hidrógeno, el elemento más abundante de la naturaleza. Aunque en estado libre sólo se encuentra en la atmósfera en cantidades muy pequeñas (0,2%), combinado con otros elementos está presente en el agua, la materia viva, en todos los hidrocarburos y en buen número de minerales. El hidrógeno es además una alternativa ecológica, pues el producto de su combustión es únicamente agua, y no gases de efecto invernadero. Pero el principal inconveniente es el almacenaje seguro y eficiente porque, al ser un gas, produce menos energía por volumen que cualquier combustible líquido. Primer prototipo Se han experimentado varios métodos de almacenar el hidrógeno, muchas veces en celdas metálicas, pero los hidruros metálicos (compuestos de hidrógeno y un metal) sólo funcionan a temperaturas superiores a 300 grados centígrados y las estructuras de metales orgánicos actúan únicamente a la temperatura de licuefacción del hidrógeno (198 grados bajo cero). Pero ahora, científicos de la universidad inglesa de Bath han inventado un material que almacena y libera el hidrógeno a temperatura ambiente y al instante, lo que podría hacer de este gas una alternativa viable como el combustible limpio del futuro. Aunque la relación combustibilidad-peso es insuficiente para poder fabricar un depósito sólo de este material, se podría utilizar junto con otros hidruros metálicos para almacenar y liberar energía instantáneamente, mientras que el depósito principal se mantendría a los 300 grados suficientes para su buen funcionamiento. Se trata sobre todo de fabricar un primer prototipo en un plazo de dos a tres años.   El hidrógeno es un gas de muy baja densidad que se condensa a 252 grados bajo cero, de modo que es difícil almacenarlo en recipientes convencionales, como depósitos a presión, que deberían tener paredes de unos 8 centímetros de grosor, totalmente imposible para un coche normal. Los investigadores de Bath han descubierto un nuevo material cuando estudiaban los efectos del hidrógeno sobre los metales, tras fabricar un compuesto organometálico de seis átomos de rodio (un metal que se utiliza en los catalizadores de los coches) y doce de hidrógeno. Por su parte, investigadores de Oxford (Inglaterra) y Victoria (Canadá) han empezado a estudiar las propiedades químicas de este complejo y se han dado cuenta de que podría absorber dos moléculas de hidrógeno a presión y temperatura ambiente, y que las liberaba cuando se hacía pasar por el material una pequeña corriente eléctrica. Este tipo de absorción y liberación a escala atómica hace que el material sea ideal para resolver el problema del almacenamiento del hidrógeno. Ahora tratan de imprimir el material en hojas que se puedan apilar y encerrar en un depósito, el cual se podría instalar junto a otro de hidruro metálico que se activaría en cuanto el conductor de un vehículo pisara el acelerador, dando tiempo a que el depósito principal se calentara hasta 300 grados, la temperatura a la que funcionan los motores de gasolina. Los científicos trabajan en la primera fase de construcción del depósito, que consiste en grabar el material en un sustrato de vidrio, para lo que el Departamento de Química de la Universidad de Bath ha aportado 750.000 euros. Recientemente, un equipo de las universidades inglesas de Newcastle upon Tyne y Liverpool, asegura haber descubierto un medio seguro de almacenar hidrógeno para producir energía, en materiales nanoporosos, es decir, con poros cien mil veces más finos que una hoja de papel.

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