Diario de León

La introducción del cangrejo rojo en una laguna arruina su biodiversidad

Una investigación ha demostrado cómo la introducción del cangrejo rojo americano en un humedal ha causado la pérdida de un sinfín de especies animales y la desaparición de la comunidad vegetal

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R. VILLAFAÑE | texto
León

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Aunque la laguna de Chozas de Arriba (León) ha albergado desde siempre una gran riqueza de fauna y flora de la que han disfrutado cazadores, pescadores y amantes de la naturaleza, en los últimos tiempos se ha convertido en un desgraciado ejemplo de la pérdida de biodiversidad. Los primeros estudios científicos realizados en este humedal (década de 1980), ya lo señalaban como un excelente ejemplo de humedal bien conservado y extremadamente diverso en el seno de una comunidad agrícola que supo hacer uso sostenible de él durante décadas. Así, entre sus singularidades vegetales, se destacaba la presencia de más de 50 especies de aves acuáticas (8 de patos, 10 de aves consideradas como rarezas y una de las mayores poblaciones nidificantes de toda la península Ibérica de avefrías), 6 especies de anfibios, 4 de peces, o la presencia de nutria y otros pequeños carnívoros (comadrejas). Pero, sobre todo, cabe destacar los más de 30 géneros de macroinvertebrados y 37 especies de plantas acuáticas e higrófilas que proporcionaban sustento y hábitat a toda esa biodiversidad. El peligro de las especies invasoras El proceso de destrucción comenzó en 1995 cuando se utilizó la laguna como estercolero, iniciándose la práctica de vertidos de abono procedentes de explotaciones ganaderas, provocando su eutrofización (incremento de nutrientes y materia orgánica en el agua) y amenazando la salud de todo el sistema. Los datos recogidos por el Departamento de Ecología de la Universidad de León registraron un incremento de hasta el 1000% en algunos nutrientes como el amonio, que causaron la pérdida de un sinfín de especies animales y pusieron en trance de desaparición a toda la comunidad vegetal que sustentaba el conjunto de la riqueza faunística. El golpe de gracia definitivo fue la introducción deliberada del cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), probablemente en el año 1995 ó 1996. Este crustáceo, responsable de la propagación de la peste del cangrejo (Afanomicosis), considerado como plaga y denostado en todo el mundo por su carácter invasor y agresividad ecológica, encontró un hábitat idóneo en la rica laguna de Chozas, y ya en 1997 su densidad alcanzó tal magnitud que desapareció toda la vegetación del humedal. Desde ese momento comenzó un intenso fenómeno de extinción local. La agresividad del cangrejo hizo presa en muchas especies de animales (anfibios, peces, libélulas, efémeras, hemípteros, escarabajos acuáticos, caracoles, hirudíneos), llegando a agotar todos los recursos de los que dependían el resto de especies. En tres años desapareció el 71% de las especies de macroinvertebrados, el 83% de las de anfibios y el 52% de las de aves (significativamente, el 80% de las especies de patos). Además, la cobertura vegetal de la laguna se redujo en un 99% y sólo un 1% presenta vegetación relicta con 2 especies de plantas acuáticas. Bastó una ocasión, posiblemente una sola persona, para sellar el destino de un sistema natural completo y público, al introducir unos ejemplares de cangrejo rojo sin ser consciente de que arruinó la riqueza de todos e ignorando que el consumo de cangrejos en las condiciones actuales de la laguna puede entrañar riesgos para la salud (hasta el ganado rehúsa abrevar en ella debido a la proliferación de cianobacterias en el agua).

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